Los gobiernos europeos no han logrado alcanzar un consenso sobre los aranceles a los coches eléctricos importados de China. La falta de una mayoría a favor o en contra devuelve a la Comisión Europea la autoridad para tomar una decisión definitiva en los próximos días, lo que podría hacer permanentes las tarifas impuestas de manera provisional desde julio. Por ahora, la subida de aranceles sigue en vigor
En la votación, cinco países, entre ellos Alemania, votaron en contra de los aranceles, mientras que España y otros once países se abstuvieron. Diez naciones votaron a favor. Para bloquear la propuesta de Bruselas se necesitaba el apoyo de al menos 15 países que representaran el 65% de la población de la UE. La decisión debe ser tomada antes del 30 de octubre, según las normas comunitarias.
¿Tiembla Europa? La respuesta inmediata de China
Después de que no se alcanzara una mayoría suficiente ni a favor ni en contra de los aranceles, el Ministerio de Comercio de China ha manifestado su desacuerdo con la decisión de la Unión Europea de mantener los gravámenes a la importación de vehículos eléctricos.
El portavoz del Ministerio del Gobierno de Xi Jinping declaró ante los periodistas que Pekín "tomará las medidas necesarias para proteger los intereses" de las empresas chinas. Además, instó a continuar las negociaciones con la Unión Europea para buscar una solución favorable al conflicto.
"China se opone firmemente a las prácticas proteccionistas injustas, incompatibles e irrazonables de la UE en este caso, y se opone firmemente a las medidas compensatorias de la UE contra los vehículos eléctricos de China. Se aplicarán derechos a los automóviles", ha justificado el gigante asiático.
En este contexto, China afirma que los aranceles impuestos por Europa "violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio y alteran el orden comercial internacional". Según Pekín, estas medidas "no solo" dificultan la cooperación entre China y la Unión Europea, sino que también "retrasan el proceso de transformación económica de la UE y perjudican los esfuerzos globales conjuntos para combatir el cambio climático".
Desde finales de junio, Pekín y la Unión Europea han realizado más de diez consultas técnicas a nivel departamental y dos reuniones a nivel viceministerial sobre el caso de los aranceles a los vehículos eléctricos. Sin embargo, hasta ahora no se ha logrado alcanzar un acuerdo.
Desde julio, Bruselas ha impuesto tarifas de hasta un 38,1% a los automóviles eléctricos importados desde China, argumentando que los subsidios "ilegales" otorgados por el Gobierno chino perjudican a los fabricantes europeos. Este gravamen se suma al 10% que ya aplica la Unión Europea a las importaciones de vehículos. Si China no presenta una propuesta más favorable, la UE convertirá estos aranceles en permanentes a partir del 30 de octubre.