Los subsidios para coches de empresa cuestan a los contribuyentes europeos 32.000 millones de euros al año según un nuevo estudio, y prácticamente la totalidad de estos coches funcionan a gasolina y diésel, con la consiguiente contaminación que esto supone.
Si tenemos en cuenta únicamente las diez empresas de leasing más importantes, incluyendo Alphabet de BMW y Athlon de Daimler, son responsables del 8 % de las emisiones de CO2 de coches en la UE. Esto se debe a que cada uno de estos vehículos llega a duplicar la distancia conducida en comparación con los coches de uso particular.
El grupo ecologista Transport & Environment (T&E), que encargó el estudio realizado por Dataforce, declaró que los gobiernos deberían terminar con las deducciones de IVA y las amortizaciones para vehículos con combustibles fósiles, y orientar a las flotas corporativas hacia el uso de vehículos libres de emisiones.
Al realizar el cambio hacia coches eléctricos, las empresas ahorrarían 4.300 euros de media por vehículo, según el análisis de T&E, ya que el coste total de propiedad de un vehículo eléctrico grande es un 9 % inferior al de un diésel.
A pesar de esto, el 96 % de las matriculaciones de nuevos coches de empresa del año pasado correspondió a coches a gasolina y diésel, según el estudio de Dataforce. A medida que los vehículos eléctricos reduzcan su precio de utilización y su gama de modelos crezca, las empresas deberían perder los incentivos para seguir utilizando coches contaminantes.
El hecho de que hoy por hoy seis de cada diez coches vendidos en Europa sean coches de empresa hace que electrificar dicho sector sea una “presa fácil” para los gobiernos, algo que podrían aprovechar para avanzar hacia el cumplimiento de sus objetivos climáticos nacionales.
Esto también generaría una oferta de vehículos eléctricos económicos de segunda mano para el mercado de coches usados. T&E señaló que para 2025, como tarde, las empresas de leasing únicamente deberían comprar coches de emisión cero.
Los gobiernos de la UE deberían reformar sus tasas impositivas de retribución en especie, las devoluciones de IVA y las amortizaciones para los coches de combustibles fósiles de las flotas corporativas, añadió T&E.
La UE también debería implicarse convirtiendo su Directiva sobre infraestructura para los combustibles alternativos en un Reglamento ambicioso sobre puntos de carga que requiera un mayor despliegue armonizado de puntos de carga en domicilios, lugares de trabajo y las calles.
Saul Lopez, Responsable de e-movilidad en T&E, asegura que los coches eléctricos son ya la mejor opción para las flotas corporativas que tienen elevado kilometraje y supuestamente se centran en el coste total de utilización en lugar de mirar solo el precio de compra del vehículo.
"Sin embargo, la mayoría de coches de empresa siguen siendo contaminantes. ¿Por qué deberían los contribuyentes pagar por los subsidios a coches de empresa contaminantes cuando los coches eléctricos son más baratos de usar?", añadió.
"Los coches de empresa hacen más kilómetros, por lo que contaminan más. Son el punto de partida perfecto para comenzar a gestionar la crisis del aire tóxico y el impacto climático del transporte por carretera. Los gobiernos; la UE y las ciudades deberían aprovechar esta oportunidad de forma que todos los coches de empresa nuevos sean eléctricos en 2025", declaró.