La semana pasada Tesla desveló los resultados de su primer trimestre. Un arranque de año impresionante ha dejado en la caja los mayores ingresos de la compañía en su historia. Todos los índices se muestran en verde, incluso la utilización de baterías libres de cobalto. En los últimos años, Elon Musk ha promovido el empleo de baterías LFP en Tesla para así no depender tanto de los volátiles precios de materiales como el níquel y el cobalto.
Aunque las baterías de iones de litio son las más empleadas en la industria, las baterías LFP (litio-ferrofosfato) también tienen un peso considerable dentro de la industria. Además de que su producción sea más económica, elimina de raíz la dependencia de ciertos materiales, proveedores y aranceles. Sin embargo, la parte menos positiva es que muestran un índice de densidad energética más bajo, lo que supone un rendimiento sensiblemente inferior con una autonomía más corta.
A pesar de las desventajas, Tesla ha estado trabajando para llevar a un nuevo nivel la capacidad y las cualidades de las baterías LFP. Para los de Austin su empleo tiene toda la lógica del mundo. Apenas se pierden cualidades y se gana mucha más estabilidad, aunque en los últimos tiempos el acceso a materiales como el níquel tampoco está resultando especialmente fácil, lo que a su vez ha obligado a Tesla a incrementar el precio de sus coches repetidas veces en las últimas semanas.
Como veníamos diciendo, en el último análisis de resultados del primer trimestre del año, Tesla expuso más detalladamente algunos datos concretos, como el de producción de baterías y sus tipos. Casi la mitad de las pilas empleadas ya cuentan con una estructura LFP. La venta masiva de unidades del Tesla Model 3 y Tesla Model Y estándar ha provocado este incremento en el uso de las baterías libres de níquel y cobalto. Actualmente son los modelos más vendidos de la compañía, principalmente por su gran tirón comercial en China.
"La diversificación de las químicas de las baterías es fundamental para el crecimiento de la capacidad a largo plazo para optimizar mejor nuestros productos para sus diversos usos y ampliar nuestra base de proveedores. Es por eso por lo que casi la mitad de los vehículos Tesla producidos en el primer trimestre estaban equipados con una batería de fosfato de hierro y litio (LFP), que no contiene níquel ni cobalto. Actualmente, las baterías LFP se utilizan en la mayoría de nuestros productos de vehículos de gama estándar, así como en aplicaciones comerciales de almacenamiento de energía".
El siguiente paso está en la implantación generalizada de las celdas 4680. La nueva generación de baterías estructurales de Tesla ya está siendo empleada en algunos vehículos fabricados en Estados Unidos. Las celdas 4680 están llamadas a revolucionar la industria, ofreciendo un montaje simplificado y más barato, además de un mayor rendimiento con una mejor autonomía. Los primeros Tesla Model Y con este sistema ya circulan. Unos conejillos de indias que resolverán muchas de las dudas generadas.