La Rotwild R.R275 X es mucho más que un ejercicio de diseño: incluye detalles exclusivos que hacen de ella una bicicleta eléctrica muy versátil, que permitirá a sus futuros usuarios realizar un gravel a la carta: o más deportivo o ahondando en el concepto de salir a rodar sin prisas por puro placer.
El cuadro está realizado en fibra de carbono y posee un diseño muy especial en el tubo superior, ya que integra la potencia (donde se ancla el manillar), lo que imprime una estética muy limpia en esa zona, algo a lo que ayuda también el cableado totalmente interno. La potencia se prolonga hacia adelante, integrando a su vez la luz delantera (Supernova de 550 lúmenes). Hay que reconocer que este apartado hace de la R.R275 X una bicicleta fácilmente identificable.
Siguiendo con el cuadro, hay que destacar la absoluta integración del motor ya que, al contrario de otras creaciones gravel de otras marcas, es un motor central y no en el buje de la rueda, algo más complicado de disimular. Este motor es un TQ HPR50 de 50 Nm, una unidad que destaca por una entrega de potencia muy sutil en consonancia con el tipo de usuario que busca que este tipo de bicicletas le ayuden en momentos críticos y no que le aporten grandes cifras de potencia. Eso sí, en caso de necesitar ese extra de potencia, este motor puede llegar a los 300 W de potencia (la nominal es de 250 W) durante un máximo de 30 segundos si pulsamos el botón Boost que se ubica en la maneta izquierda del manillar.
Si el motor queda disimulado, la batería mucho más: como no es de mucha capacidad (250 Wh) se ha integrado en el tubo diagonal de tal forma que este es igual al de una bicicleta sin motor. Además, su peso (1.400 g) no influirá demasiado en el conjunto total. Esta pequeña batería ha permitido mantener un buen espacio en el interior del cuadro, pudiendo instalar dos portabidones (ambos sobre el tubo diagonal).
Las ruedas que se instalan son de 700 mm de diámetro, optando por esta medida que poseen una relación prestaciones-manejabilidad mayor que las ruedas de 650. Los neumáticos incorporados ofrecen suficiente anchura (45 mm) para el enfoque de la R.R275 X. De todas formas, el cuadro admite neumáticos de hasta 50 mm.
Dos son los acabados que se ofrecen de este modelo y que tienen un apartado que las hace, al menos a la vista, radicalmente diferentes: se trata de las ruedas que, en el caso de la versión más exclusiva, la Ultra, son unas Xentis High-X de aleación (y cinco palos) realizadas íntegramente en fibra de carbono y que otorgan una más que espectacular imagen. El otro modelo disponible, el Pro, tampoco se queda corto ya que sus ruedas también son de carbono (Xentis Gravel 2.5), pero con radios convencionales.
La transmisión también es diferente: electrónica en el modelo Ultra (Sram Force AXS) o mecánica en el Pro (Shimano GRX). Estas bicicletas aún no están disponibles (no se han dado fechas), pero sí sabemos los precios: 11.999 € la R.R275X Ultra y 8.999 € la R.R275 X Pro.