Dejar el coche mal estacionado es un problema independientemente de la época en la que nos encontremos. De hecho, la llegada de la conducción autónoma puede que, ni siquiera, acabe con esta práctica. Afortunadamente, la robótica nos tiene una solución preparada. ¿Sabías que existen unidades robóticas capaces de mover por nosotros mismos un coche? Se trata de una opción que cobra especial sentido en aquellas áreas especialmente conflictivas.
Es cierto que la grúa, en estos casos, resulta mucho más interesante. Sin embargo, hay casos en los que no podemos esperar a que venga este vehículo para retirar un coche determinado. Este robot permite quitar el obstáculo en tan solo unas maniobras, permitiendo una mejor gestión del lugar. Veamos, por tanto, cómo es el funcionamiento de esta tecnología, cuáles podrían ser sus potenciales usos y, por supuesto, hasta qué punto podría sustituir al clásico servicio de grúa municipal.
Los robots han venido para acabar con los servicios de grúa convencionales
¿Están las grúas en vías de extinción tras ver la labor que desempeñan estas unidades robóticas? Es muy difícil contestar esta cuestión, pero lo cierto es que completa esta maniobra de forma satisfactoria. Cabe hacer especial mención a su capacidad de conducción autónoma, ya que dispone de una serie de sensores para medir la distancia que hay frente a todo lo que hay alrededor.
De acuerdo con la información disponible, su principal función es recuperar automóviles que se encuentran estacionados en lugares muy estrechos. Este robot se vale de una pala para poder abarcar la mayor parte del chasis del vehículo que pretende remolcar. Valiéndose de una gran potencia, consigue elevar automóviles con un peso próximo a los 2.000 kg. La mejor prueba de ello nos la muestran las imágenes anteriores.
En ellas se puede observar cómo el robot con orugas, aparentemente denominado "RNW" y proveniente de la empresa Recovery North West, completa movimientos sin aparente dificultad. Este tipo de vehículos podría estandarizarse en un futuro, pero lo cierto es que deberán lidiar con cargas superiores a las 2 toneladas de peso. Al fin y al cabo, el peso es una de las debilidades del coche eléctrico.
El funcionamiento de esta tecnología es muy sencillo, ya que se vale de un motor Briggs and Stratton que desarrolla un total de 35 CV de potencia. Esto parece ser suficiente bajo los estándares actuales, pero lo cierto es que aún es pronto para garantizar su éxito comercial en el futuro.