Si miramos el mercado eléctrico, vemos que Tesla lleva años de ventaja con respecto a sus más inmediatos perseguidores. Infravalorados en un principio, pocos creían que iban a alcanzar semejante magnitud, pero la realidad indica que sus coches, hoy por hoy, son la referencia. Esto no ha sentado muy bien a las marcas alemanas, consideradas como las más importantes a nivel global. BMW ofrece cada vez más modelos eléctricos con buenos registros, pero en Múnich saben que, si quieren alcanzar a Tesla, tienen que abrir la cartera y gastar más, mucho más.
Hay que reconocer que BMW está teniendo un buen año en cuanto a ventas eléctricas. En la primera mitad del curso las ventas se duplicaron con respecto al mismo periodo del año pasado. Tal y como recoge Automotive News Europe, el director financiero de la compañía, Walter Mertl, ha comentado que el interés de los compradores ha crecido y que, por ello, la marca está “invirtiendo más de lo planeado originalmente en la movilidad eléctrica a escala global” y, de paso, afirmó que el gasto será “masivo” durante los próximos años.
Para poner un poco en contexto estas palabras, sólo en el segundo trimestre de este año, BMW ha gastado en desarrollo casi una quinta parte del presupuesto, unos 1.840 millones de euros. Las ventas de coches con batería han representado alrededor del 13% del volumen total de la marca, siendo los modelos más solicitados los BMW i4 y BMW iX3. Hay que tener en cuenta que el BMW iX1, el que todo el mundo espera que se convierta en el más vendido, acaba de iniciar su etapa comercial, por lo que le queda mucho recorrido en el campo de las ventas.
En las oficinas de Múnich han recibido con gran alegría las cifras interanuales, tanto es así que sus esperanzas para este año han crecido. Los pronósticos han mejorado y se esperan grandes ganancias cuando el iX1 y el i5 empiecen a generar volumen de ventas a partir de la segunda mitad del curso. Hay que tener en cuenta que BMW obtiene grandes rendimientos por cada unidad vendida. La rentabilidad media de la gama se sitúa en torno al 9,2%, un dato que demuestra buena salud. En el otro lado de la balanza encontramos a Volkswagen, por ejemplo. Los de Wolfsburgo apenas superan la barrera del 3% de rentabilidad por vehículo, de ahí que ya se hayan propuesto cambios radicales.
Si bien en BMW, están satisfechos con el volumen de ventas y el dinero que los eléctricos dejan en las arcas, los alemanes se muestran preocupados por los costes de producción. Las materias primas y los componentes han incrementado las tarifas y, hoy, fabricar un coche resulta más caro que nunca. A pesar del evidente cambio de tendencia, el CEO de la compañía, Oliver Zipse, siempre se ha mostrado reacio a centrarse exclusivamente en una única tecnología de movilidad. BMW seguirá apostando por la multiplataforma porque, según ellos, “no hay indicios de que el mundo esté renunciando a los vehículos con motor de combustión”.
El peligro no sólo llega por parte de Tesla. Si bien los americanos son, a día de hoy, inalcanzables, los problemas también proceden del Oriente. China ya es el primer fabricante y vendedor de coches eléctricos del mundo. Sus marcas ya no son esas obsoletas y discretas empresas que nadie conoce. Estamos ante un punto de inflexión en la historia. Fabricantes como NIO, XPeng, MG o BYD sitúan sus coches entre los más comercializados al ofrecer productos interesantes a un coste que la industria europea es incapaz de igualar. BMW, así como el resto de productores, deberán luchar contra estos nuevos competidores. Hoy no tienen todavía mucho peso en el volumen de ventas, pero todo indica que la cuota de mercado crecerá rápidamente.
