Hoy en día, nadie duda de que, al menos, una parte de los fabricantes chinos de coches eléctricos se convertirán en marcas habituales en Europa. Desde Oriente aprenden rápido y la electrificación ha ayudado a que lo que antes era un problema, el estándar de calidad, ahora juegue a su favor: han sabido igualarlo, rebajando el precio de los coches. NIO, XPeng, BYD y todo el Grupo Geely presionan a Europa con sus lanzamientos. En los próximos años la oferta cambiará mucho.
Compañías como NIO, una de las más activas, saben dónde pueden hacer más daño a las marcas tradicionales. Su CEO ha asegurado que, aunque sus miras se encuentran puestas en todos los territorios internacionales, el Viejo Continente es donde la empresa desarrollará todos sus esfuerzos a corto-medio plazo. El fabricante ya cuenta con puntos de venta en varios países y espera extender su negocio al resto de la UE en los próximos años. NIO no solo confía en su oferta de coches eléctricos, también los acompaña de una importante red de estaciones de intercambio de baterías.
Para el despliegue de esta infraestructura en China, NIO comenzó a cooperar con las tres principales compañías petroleras de China en 2021, cuando firmó un acuerdo con China Petrochemical, más conocida como Sinopec, para desarrollar conjuntamente las estaciones de intercambio de baterías.
tarde, ese mismo año, puso en funcionamiento dos estaciones construidas junto a China National Petroleum Corporation (CNPC) en la provincia de Shaanxi, en el noroeste de China, lo que marcó un hito importante en sus esfuerzos por expandir su red.
Por último, en la provincia de Anhui, el pasado 27 de junio, NIO firmó un acuerdo marco de cooperación estratégica con China National Offshore Oil para construir conjuntamente una infraestructura de intercambio de baterías y carga de vehículos eléctricos en todo el país. Aunque no se ha revelado el número específico de estaciones que levantarán, por ahora ya operan tres de forma conjunta.
NIO se ha puesto como objetivo construir 1.000 estaciones de intercambio en China este año, lo que supondría una red total de 2.300 operativas a finales de 2023. Los analistas creen que a este ritmo, el fabricante está en disposición de alcanzar las 4.000 estaciones en todo el mundo para 2025 y está en línea con las intenciones de las tres principales compañías petroleras que buscan diversificar sus líneas de negocios accediendo al mercado de la recarga de vehículos eléctricos y al de los servicios de intercambio de baterías.
Sinopec se ha comprometido a establecer 5.000 estaciones de intercambio de baterías durante el período que cubre su 14º Plan Quinquenal (2021-25), que incluye el impulso al desarrollo de NEV (vehículos de nueva energía) en su país. CNPC tiene como objetivo alcanzar más de 1.000 estaciones de carga e intercambio de baterías para el finales de 2025.
¿Y en Europa?
La colaboración con otras compañías es la herramienta de NIO para aumentar su presencia en el mercado de vehículos eléctricos en China y en el extranjero, afirma Lin Boqiang, director del Instituto de Estudios de Política Energética de China en la Universidad de Xiamen. “Los avances tecnológicos han provocado una ola de inversiones entre empresas y gobiernos de todo el mundo con la intención de dominar la próxima generación de tecnología energética”.
Además de con los actores energéticos nacionales, NIO también ha firmado acuerdos de cooperación estratégica con gigantes energéticos internacionales, incluida las compañías británicas BP y Shell (anteriormente Royal Dutch Shell, originaria de Países Bajos y con sede en La Haya).
Según el acuerdo con esta última, firmado en 2021, las dos partes desarrollarán una red de estaciones de intercambio de baterías de marca compartida que contará con 100 instalaciones en 2025. También colaborarán en Europa para proporcionar a los clientes acceso a una de las redes de carga de vehículos eléctricos en itinerancia más grandes del continente.
Si bien las estaciones de intercambio de baterías son una inversión costosa, NIO argumenta que, hay que tener en cuenta su doble cometido. Además de proporcionar una recarga más rápida que cualquier otro sistema, también funcionan como instalaciones de almacenamiento de energía estacionarias para mejorar la estabilidad de la red.
Además de NIO, otros fabricantes como BAIC y la propia CATL (el mayor productor de baterías del mundo) también están explorando este mercado. Para 2025, los analistas de Founder Securities estiman que, en China, habrá 3,2 millones de automóviles capaces de intercambiar sus baterías. Para ellos, habrá una red 28.000 estaciones de intercambio de baterías disponibles.
El empuje de los fabricantes chinos, arropado por la colaboración de las grandes petroleras europeas, está repitiendo el esquema del país asiático en el Viejo Continente. Si bien todavía no se sabe si este sistema tendrá en Europa la misma acogida que en China, el cambio de paradigma que está sufriendo la propiedad de los vehículos puede estimular esta opción. Cuando los precios frenan las posibilidades de comprar un coche, la opción es suscribirse a él, ¿quién impedirá que se haga lo mismo con la batería si eso supone poder acceder a la movilidad?