¿Hasta qué punto puede ser legal que un fabricante que depende en gran medida del valor de sus acciones en Bolsa prometa productos que sabe que no puede llegar a comercializar en el plazo prometido?
En 2017, Tesla anunció que en tres años iba a lanzar al mercado un deportivo eléctrico que adoptaría el nombre de su primer modelo para convertirse en el coche halo de la compañía. Lo hizo, además, de la mano de un modelo conceptual con líneas muy maduras y cercanas al futuro modelo de producción y anunciando prestaciones de vértigo. Desde ese anuncio han pasado más de seis años y tres desde la fecha en la que debería haber empezado su comercialización, y el Tesla Roadster está muy, muy lejos de convertirse en coche eléctrico real.
Así lo ha confirmado el propio Elon Musk en sus más recientes declaraciones. El máximo responsable de Tesla ha aprovechado la presentación de resultados ante sus accionistas para confirmar que el Tesla Roadster sufrirá de nuevo un retraso en su llegada al mercado y que no será hasta 2024, como muy pronto, cuando esté en condiciones de lanzarse.
"Esperamos terminar la parte de ingeniería y diseño de la nueva generación del Tesla Roadster este año y, con un poco de suerte, y no es una confirmación, iniciar la producción el año que viene. No sólo va a ser la guinda del pastel, sino la cereza sobre la guinda del pastel, así que definitivamente no aportará gran cosa a los ingresos. Contribuirá modestamente a la rentabilidad, pero será una maravilla".
Algo similar sucede con el Tesla Cybertruck, que fue presentado en 2019 con vistas a dar comienzo a su comercialización en 2021. Sin embargo, la última de todas las actualizaciones acerca de su desarrollo apunta a que, como pronto, no será hasta finales de este 2023 cuando la marca sea capaz de ponerlo en las calles.
No cabe duda de que estos dos modelos se sitúan en nichos de mercados cuyas características, marcadas principalmente por las capacidades de sus homónimos de combustión interna, hacen que su desarrollo sea sumamente complicado. Mientras Tesla trabajaba en el desarrollo de estos modelos, marcas como Ford y Rimac han sido capaces de diseñar, desarrollar y comercializar modelos similares a los prometidos por los californianos, que cumplen de sobra con lo que se espera de ellos. Hablamos de la Ford F-150 Lightning y el Rimac Nevera, respectivamente.
Es cierto que una empresa de reciente creación tiene muy difícil situar de manera exacta en el tiempo el momento en el que lanzará un coche eléctrico al mercado, algo que se ha visto de manera clara con el lanzamiento de los Fisker Ocean y Rivian R1T. Aun así, estos jóvenes fabricantes han sido capaces de llevar sus productos al mercado, aunque no exentos de problemas en su producción. Con más de un millón de unidades producidas cada año y con más de 10 años de andadura como fabricante, este, sin duda, no es el caso de Tesla.
Si esta manera de proceder de Tesla se ha convertido en algo habitual, se confirmará con el que será su próximo modelo de gran volumen, el coche eléctrico cuyo precio ya se han atrevido a fijar en unos 25.000 dólares en Estados Unidos. La marca ha prometido que será para 2025 cuando lance este potencial éxito al mercado. Veremos.