La era de la movilidad eléctrica no sólo ha despertado la industria del coche eléctrico, también ha servido para que la sociedad cambie su forma de ver el mundo y para que las marcas se vuelvan mucho más sostenibles. De forma paralela al vehículo, han surgido numerosas industrias paralelas que emplean la electricidad para diferentes fines. El almacenamiento de energía es un sistema costoso que hasta la llegada de los nuevos sistemas sólo era posible en instalaciones críticas como hospitales. Las baterías de un coche eléctrico pueden servir para mucho más, incluso cuando su vida útil parece acabada, tal y como confirma Porsche.
Cuando hablamos de la marca de Stuttgart solemos hacer referencia a prestaciones y deportividad. Porsche es sinónimo de velocidad y el Taycan es la viva imagen que esta también puede trasladarse al campo eléctrico. El sedán alemán lleva años entre nosotros. Aunque muchos no lo esperaban, la primera versión se convirtió en un verdadero éxito a escala internacional. Porsche vendió muchos más coches de los que estaban previstos y muchos de esos coches tienen hoy baterías que todavía pueden servir a la causa de reducir el impacto medioambiental. ¿Cómo? Como fuente de almacenamiento de energía.
Proyecto de reciclaje que ayuda a reducir el impacto ambiental de una fábrica
Esta industria paralela ha demostrado ser un éxito. El caso más ejemplificante es el de Tesla con sus famosos Megapacks. Grandes instalaciones que acumulan energía que puede ser usada en diferentes momentos críticos como desastres naturales o ante un simple corte de luz. Tesla ha instalado miles de estas estaciones por todo el mundo, principalmente en Estados Unidos, lo que ha abierto la posibilidad a que otras empresas repliquen su fórmula. Porsche, a través del proyecto “Second Life” ya la ha ejecutado en su planta de Leipzig, el hogar de nacimiento del Taycan que recientemente se ha actualizado en profundidad.
Las viejas baterías del Taycan son acumuladas e instaladas para servir como reserva de energía y para reducir el mix energético de la factoría. Los datos son bastante impresionantes. La instalación cuenta con una potencia total de 5 megavatios con un contenido energético de 10 megavatios por hora. Durante breves periodos de tiempo, las viejas baterías de los coches pueden aportar hasta el 20% de la energía total de la fábrica. En total se han instalado cuatro grandes contenedores con un total de 4.400 módulos. Cada contenedor está conectado a un inversor y un transformador de media tensión. Todo el conjunto, incluidos los bloques de baterías, está diseñado para una vida útil superior a diez años.
Los módulos pueden ser reemplazados de forma individual cuando sea necesario. Si a esto le sumamos una gran instalación de paneles solares, con una potencia máxima de 9,4 megavatios, estamos ante una fábrica realmente eficiente en términos de energía y sostenibilidad. La fábrica de Leipzig es neutra en emisiones desde el 2021, al igual que los centros de Weissach y Zuffenhausen. Porsche se propuso hace años, con la llegada del Taycan, reducir su impacto ambiental en todo el planeta. Compensar las emisiones no es tarea sencilla, pero las baterías del Taycan, tras una dura vida útil todavía tienen capacidad suficiente como para seguir trabajando en proyectos y funciones paralelas.