Hace ya unos cuantos años que conocemos a Rimac y a su fundador, Mate Rimac. La compañía es hoy una de las grandes líderes en la industria eléctrica del automovilismo. El croata ha sabido hacerse un hueco entre grandes figuras y nombres ilustres y lo ha hecho a base de conocimientos y pericia. Hoy no sólo puede decir que fue el fundador de una empresa millonaria, sino que desde el verano de 2021 también luce el título de presidente de la compañía Bugatti Rimac, encargada de desarrollar y producir el próximo Bugatti que, como ya sabemos, empleará un poderoso motor de 16 cilindros en uve con sistema híbrido. El primer Bugatti electrificado de la historia.
Sin embargo, hay que retroceder unos años para conocer los orígenes de un joven Mate Rimac. Tras cursar la carrera de ingeniería y tras haber demostrado una gran pericia y amplios conocimientos en materia de coches eléctricos, el trabajo que lo hizo despuntar fue la conversión de su viejo BMW Serie 3 de 1984, un E30, en un coche 100% eléctrico. De forma artesanal, en el garaje de su casa, el viejo motor de gasolina de la berlina alemana fue sustituido por un conjunto eléctrico de alto rendimiento. Él mismo se encargó de realizar todas las modificaciones necesarias. Ese coche es hoy historia tras haber cosechado, en 2012, varios récords del mundo de aceleración. 600 caballos de potencia, 900 Nm de par motor y una aceleración de 0 a 100 km/h en 3,3 segundos.
Una batería capaz de alimentar a cuatro motores eléctricos y más de 1.000 CV de potencia
No parecen datos extraordinarios a día de hoy si los comparamos con la más exagerada creación del bueno de Mate, el Rimac Nevera. En cuestión de 10 años, el ingeniero croata ha pasado de modificar un viejo BMW a crear el superdeportivo eléctrico más salvaje del mundo, con un valor estimado por unidad de 2 millones de euros. Muchos rostros conocidos y algunas de las grandes fortunas ya tienen uno en su garaje, como el ex-piloto de Fórmula 1, Nico Rosberg. El Nevera ostenta 23 récords de velocidad, entre ellos el de eléctrico de mayor velocidad punta con 412 km/h, gracias a sus 1.914 caballos de potencia y a un par de 2.360 Nm. A pesar de todo, gracias a una batería de alto rendimiento de 130 kWh, es capaz de homologar 550 kilómetros de autonomía.
Ese rendimiento es hoy por hoy difícil de igualar por cualquiera de sus rivales. Ese éxito le ha permitido a Rimac ser reconocida como una de las empresas más punteras de la actualidad y es ahí donde BMW entra en acción. Como ya sabemos, los alemanes están desarrollando una nueva generación de coches eléctricos basados en la plataforma Neue Klasse. La primera de esas unidades se dará a conocer el año que viene con forma de SUV. Tendrá un enfoque más conservador que radical, pero BMW no se olvida de su ADN deportivo. Llegarán versiones extremas como las que ya nos presentaron hace unos años. Cuatro motores eléctricos y más de 1.000 CV de potencia para las unidades más salvajes de la casa.
Rimac y BMW han firmado un acuerdo a largo plazo mediante el cual ambas empresas trabajarán estrechamente para desarrollar baterías de alto rendimiento que alimenten a esas futuras unidades deportivas alemanas de alto rendimiento. Ni que decir tiene que el propio Mate Rimac se ha mostrado encantado con la firma del contrato ya que, para él, es una forma de cerrar el círculo. Empezó modificando su BMW y ahora va a ser parte fundamental del desarrollo de la próxima generación de coches de la Bayersiche Motoren Werke. Por el momento no se han especificado plazos concretos, aunque sí se ha hecho público que todo el trabajo se llevará a cabo en la planta de Rimac en Zagreb, Croacia.