La tecnología de recarga inalámbrica está destinada a transformar de manera positiva la percepción de la movilidad eléctrica. Los usuarios suelen ver la autonomía limitada y los largos tiempos de recarga como los principales desafíos de los vehículos eléctricos. En cuanto al precio, que es la tercera barrera importante, se espera que los coches eléctricos se igualen a los de combustión cuando disminuya el precio de sus baterías.
Las baterías de alta capacidad, que incluyen tecnologías como el electrolito sólido y el uso de nuevos materiales, junto con la recarga ultrarrápida, ya son una realidad, pero puede no ser suficiente. La solución definitiva para superar todos estos hándicaps podría provenir de la recarga inalámbrica y dinámica, ofreciendo una alternativa más cómoda y eficiente para los usuarios de vehículos eléctricos.
La recarga inalámbrica estática y dinámica
El principio físico que sustenta esta tecnología es la inducción magnética. Cuando se hace pasar una corriente eléctrica a través de una bobina ubicada en el suelo, se genera un campo magnético. Este campo induce una corriente en una bobina situada en la parte inferior del vehículo, permitiendo que esta corriente eléctrica cargue la batería del coche, facilitando así su recarga.
Si bien la recarga inalámbrica estática trae ya de por sí muchas ventajas, la dinámica aporta una solución mucho más práctica. Esta tecnología tiene el potencial de transformar por completo la percepción actual de la movilidad eléctrica. Una infraestructura de carga inalámbrica dinámica ofrecería un suministro continuo de energía a los vehículos eléctricos, eliminando así la necesidad de contar con baterías de gran capacidad.
El proyecto de Zaragoza y el CIRCE
El Ayuntamiento de Zaragoza y el Centro Tecnológico CIRCE han dado a conocer su proyecto tecnológico de carga en movimiento e inalámbrica, con el objetivo de revolucionar el transporte urbano en Europa. Este desarrollo representa un avance significativo en el marco del proyecto europeo INCIT-EV, que ha recibido 15 millones de euros en financiación por parte de la Comisión Europea, junto con una inversión directa cercana a los tres millones en la capital aragonesa.
Uno de los resultados conseguidos por proyecto INCIT-EV es la creación de un sistema de carga inductiva estática destinado a taxis eléctricos que tiene la capacidad de recargar hasta 50 km de autonomía en solo 10 minutos. Se trata de una opción de recarga que se adapta a las flotas urbanas.
En cuanto a la recarga inalámbrica y dinámica se ha logrado un avance significativo que permite a los vehículos cargar mientras se desplazan a velocidades de hasta 130 km/h. Este sistema, que consiste en la instalación de un cable bajo el asfalto, es especialmente prometedor para los viajes de larga distancia, ya que facilita la transición hacia un transporte más sostenible y reduce de manera considerable los tiempos de parada y los costos operativos.
Otra de las innovaciones clave del proyecto es la creación de un sistema de carga inductiva bidireccional, que se ha instalado en el exterior de Mobility City, en la Expo. Esta tecnología permite que los vehículos eléctricos no solo recarguen energía de manera inalámbrica, sino que también funcionen como unidades móviles de almacenamiento, intercambiando electricidad con edificios y fuentes de energía renovable.
Con una capacidad de hasta 25 kW, esta solución ayuda a equilibrar la demanda energética, favoreciendo la estabilidad de la red eléctrica y generando nuevas oportunidades para la integración de energías renovables en la ciudad.
La consejera de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Tatiana Gaudes, ha recalcado esa posición de Zaragoza como ciudad "que apuesta por el futuro de la movilidad sostenible, abierta a ser un espacio en el que poder testar nuevas tecnologías que, en un futuro inmediato, se conviertan en elementos de uso cotidiano para todos. En este sentido, ha añadido, CIRCE es un socio estratégico del Ayuntamiento de Zaragoza y siempre es un motivo de orgullo y una garantía ir de su mano en este tipo de proyectos".
El director general de CIRCE, Andrés Llombart, ha destacado que "estas tecnologías punteras eliminan la necesidad de cables y optimizan el proceso de carga mediante un sistema seguro y eficiente, preparado para integrarse en infraestructuras urbanas existentes. Con esta iniciativa, Zaragoza da un paso clave hacia una movilidad más limpia y un entorno urbano más sostenible, donde innovación y sostenibilidad caminan de la mano".