La historia de Carlos Ghosn da para una película, y todavía siguen llegando las consecuencias de los años en los que trabajó como consejero delegado de Nissan, y también de Renault y la alianza entre ambos grupos automovilísticos.
Por aquel entonces estaba considerado un ejemplo a seguir en la industria, pero en 2018 cambiaron las tornas tras las acusaciones de fraude a las marcas que lideraba, y de las que fue despojado de sus cargos.
Acusado de malversación de fondos, entre otras cosas
Sus delitos estaban relacionados, entre otras cosas, con la malversación de fondos de las empresas que dirigía, desviando grandes cantidades de dinero (con ayuda de su esposa) para adquirir bienes para uso personal.
Por ejemplo, el superyate Custom Line Navetta 37 de 36 metros de eslora, al que se le puso el nombre de 'Shachou', cuya traducción a nuestro idioma viene a ser 'El Jefe'. La embarcación fue entregada a Ghosn en 2017, y ahora un tribunal de las Islas Vírgenes Británicas ha dictado en una sentencia que debe devolverse a Nissan.
A eso, en esta misma decisión del magistrado, hay que sumar una indemnización de 32 millones de dólares al fabricante japonés, por los "daños y perjuicios" ocasionados.
Un capítulo más en la historia de Carlos Ghosn, quien tras ser arrestado en Japón por los fraudes que habría cometido, consiguió huir del país en la caja de un instrumentos musical, previo pago de casi un millón de euros. Lleva fugado desde entonces.
Se habría mudado al Líbano, y tiene una notificación de arresto de la Interpol, pero allí parece poco probable que las autoridades cooperen, y salvo que se mueva a un país que colabore con la Interpol, puede campar a sus anchas. Lo mismo ocurre con el superyate, pues está amarrado en Beirut, lo que hace que sea casi imposible recuperarlo, y mucho menos que sea confiscado.
Nissan y Renault piden más cargos contra Carlos Ghosn
Con todo, la partes afectadas siguen sin estar satisfechas con las decisión de los magistrados, y piden penas mayores en todos los sentidos para Ghosn, que durante casi 20 años años estuvo al frente de las mismas, pudiendo haber llevado a cabo una serie de fraudes continuados, desviando fondos a empresas sin interés alguno para las compañías automovilísticas, y sí a nivel personal.
En las investigaciones, además de la esposa de Carlos, también aparece su hijo como participante en las estructuras financieras que se utilizaron para estos movimientos de dinero de manera ilícita.