Las baterías de litio-ferrofosfato, también conocidas como baterías LFP, han casi duplicado su cuota de mercado a nivel global en poco más de un año. Estas baterías, más asequibles gracias a que prescinden de níquel y cobalto, ya están presentes en casi un tercio de todos los coches enchufables nuevos que se venden en todo el mundo.
Las baterías con celdas de litio-ferrofosfato alcanzaron una cuota de mercado del 31% en septiembre de 2022, según datos de Adamas Intelligence. La cuota de mercado de esta tecnología pasó del 17% en enero de 2021 al 26% en enero de 2022. Teniendo en cuenta que los últimos datos conocidos corresponden al mes de septiembre, todo hace apuntar que el próximo mes de enero podrían superar holgadamente el treinta por ciento, más que duplicando su cuota en apenas dos años.
Los datos recopilados por Adamas Intelligence incluyen los turismos eléctricos, híbridos enchufables e híbridos no enchufables (si bien en estos últimos la penetración de las baterías LFP es menor). Las baterías para vehículos eléctricos comerciales y sistemas de almacenamiento estacionario no se incluyen aquí. Precisamente este tipo de baterías se utilizan ampliamente en autobuses eléctricos, camiones y otros vehículos eléctricos de gran tamaño, ya que no afecta tanto una de las desventajas de esta tecnología (su menor densidad energética).
El 68% de todas las baterías LFP utilizadas en turismos entre enero y septiembre de 2022 fueron implementadas por dos fabricantes: Tesla y BYD. Tesla es el mayor fabricante de coches eléctricos por volumen de ventas, mientras que BYD es quien más coches enchufables vende si incluimos en el cómputo eléctricos puros e híbridos enchufables (PHEV).
De hecho, casi la mitad de todos los coches eléctricos de Tesla ya van equipados con una batería de fosfato de hierro y litio (LFP), que no contiene níquel ni cobalto. Actualmente estas baterías se utilizan en la mayoría de los Tesla Model 3 y Model Y de acceso, las versiones de tracción trasera, así como en las baterías estacionarias de Tesla destinadas a uso doméstico y comercial.
La mayor parte de estas baterías se utilizan en el mercado chino: más del 85% de las baterías LFP del mundo se instalaron en coches eléctricos o híbridos enchufables vendidos en China. El resto del mundo es responsable de solamente el 15%, con Estados Unidos, India, Reino Unido y Alemania como principales mercados. Hay otro dato interesante y es que casi todas las baterías LFP utilizadas, tanto dentro como fuera de China, se fabricaron en China.
No obstante, y pese al ritmo de crecimiento de las baterías LFP, las celdas NCM, ricas en níquel, siguen siendo la tecnología dominante con una cuota de mercado más de dos veces mayor que las LFP. Las baterías NCM, denominadas así por la composición ternaria de sus celdas (níquel, cobalto, manganeso), son más caras de producir pero también ofrecen mayor densidad energética, lo que permite tener baterías más pequeñas para una misma cantidad de energía almacenada.