La archiconocida compañía china de baterías, CATL, está incrementando aún más su aporte a esta industria, a nivel de producción de componentes, así como de desarrollo e innovación en este campo. Tanto es así que la cúpula de la marca ha confirmado su intención de levantar una nueva planta en Estados Unidos a corto o medio plazo. No obstante, hasta la llegada del nuevo presidente, esta intención queda en el limbo, pues deben darse algunas condiciones para que llegue a hacerse realidad.
La primera y más importe condición es que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abra la puerta a la inversión china en la cadena de suministros de coches eléctricos dentro de las fronteras del país norteamericano, según ha confirmado Robin Zeng, presidente de CATL, en un informe publicado por Reuters. “Al principio, cuando queríamos invertir en Estados Unidos, el gobierno nos decía que no”.
CATL podría apostar por Estados Unidos para su nueva fábrica
La cúpula de CATL ha sido la primera en ofrecer a Estados Unidos incorporarse al país después de las pasadas elecciones presidenciales del 5 de noviembre. No obstante, esto no quita el hecho de que el nuevo ejecutivo no sea partidario de la industria china, aunque sí abriría la puerta a estas compañías siempre y cuando estas fabriquen sus productos dentro del país.
Esto es algo que Donald Trump dejó claro en una entrevista realizada el pasado mes de agosto: “Vamos a dar incentivos, y si China y otros países quieren venir aquí y vender coches, construirán aquí sus fábricas y contratarán a nuestros trabajadores”. Ante este criterio, Zeng confirma que ha estado muy atento a los movimientos llevados a cabo en la Casa Blanca. “Espero que en el futuro estén abiertos a inversiones”, afirmó el responsable de CATL.
Recordemos que la administración regentada por Joe Biden ha sido la que ha elevado los aranceles a la importación de productos chinos, situándolo incluso por encima del 100%. Debido a esto, CATL se ha mantenido al margen de este país. Con la apertura confirmada por Trump para los fabricantes chinos, siempre y cuando estos produzcan en Estados Unidos, se ha abierto una nueva luz de esperanza para la compañía.
Marcas como Ford o Tesla cuentan con importantes acuerdos con CATL para alimentar a sus coches eléctricos. No obstante, esta unión entre sí no supone que ambas marcas sí importen baterías producidas en China, sino que CATL les ha cedido la licencia para producirlas en Estados Unidos bajo los criterios de fabricación establecidos y patentados por la misma.
Además de estas marcas, CATL cuenta con importantes acuerdos con NIO, Li Auto o Xiaomi, en China. Esto ha impulsado a la empresa hasta convertirse en el mayor suministrador de baterías para coches eléctricos del mundo, obteniendo una participación del 36,7% en el periodo entre enero y septiembre de 2024. Como referencia, el segundo fabricante de estos componentes es BYD con un 16,4% de cuota, mientras que el tercero es LG Energy Solution y obtuvo un 12,1%.