A medida que los coches eléctricos siguen conquistando el mercado y transformando la industria, las baterías que los alimentan se vuelven más esenciales. Si bien todos sabemos de su necesidad, pocos saben cuáles son las etapas básicas de su ciclo de uso. Una vida que comienza mucho antes de estar instalada en un vehículo y que concluye mucho después de abandonarlo. El ciclo de vida de estas baterías es un proceso complejo de varias etapas, y cada fase ofrece oportunidades para reducir el impacto ambiental, maximizar la eficiencia y extender el valor de estos componentes esenciales. Cinco pasos que determinan toda una vida.
1. Extracción
Como es lógico, la primera de las paradas la encontramos en la extracción de los materiales necesarios que conforman una batería. Cada vez son más las alternativas disponibles, siendo el litio el más común de los elementos. Su control resulta esencial para los fabricantes. Grandes empresas se encargan desde la extracción hasta el refinamiento de los minerales de litio. Aunque también son necesarios otros elementos como el níquel, el cobalto o el grafito. Esta primera fase, la minería, es la más contaminante de todas. Se consume mucha energía durante la extracción y es sin duda el paso que más necesita reducir su huella medioambiental.
2. Ensamblaje
Tras haber extraído el mineral de la tierra es necesario depurarlo y combinarlo con otros elementos para constituir una celda. La suma de muchas celdas conforman el módulo o el paquete que alimenta a los vehículos eléctricos. En esta parte del proceso entran en juego nuevas empresas y procedimientos. China tiene ahora mismo el control absoluto sobre la producción de baterías destinadas a vehículos eléctricos. Compañías como CATL y BYD lideran el mercado global con sus módulos. Muchos fabricantes de los cinco continentes emplean sus baterías. La mayor producción ha permitido reducir los precios de las baterías. Hoy el litio está más barato de lo que nunca ha estado. Se espera que siga bajando el precio y abaratando las tarifas de las baterías.
3. Ciclo útil
Como conductores, el tercer paso de la vida de una batería es el que más nos afecta y en gran medida depende de nosotros estirar al máximo su ciclo útil. El rendimiento de una batería se ve condicionado y afectado por diversos factores y hábitos como la carga o la conducción. Estirar al máximo el rendimiento y la longevidad resultan claves. Las buenas prácticas alargan la vida de las baterías de nuestros coches eléctricos. Menor cantidad de baterías supone una menor contaminación y un mejor aprovechamiento de los recursos. Ha quedado demostrado que siguiendo unas pocas pautas positivas es posible alargar el ciclo de vida de una batería más allá de lo inicialmente pensado.
4. Síntomas de debilidad
La degradación de una batería es algo común e inevitable. Por muy cuidadosos que seamos llegará un momento en el que la batería de nuestro coche ya no aporte los índices necesarios de operatividad. La duración de la pila se acorta y con ella los kilómetros que podemos recorrer. No te preocupes, es muy posible que la batería dure más que el propio coche, pero siempre hay que pensar en qué podemos hacer con esas pilas una vez hayan agotado su ciclo de vida útil. Llega el momento del reciclaje. Muchas empresas destinan grandes inversiones y tecnologías en recuperar y aprovechar todo lo que se pueda de las baterías usadas en vehículos eléctricos.
5. La importancia del reciclaje
Aprovechar los recursos es uno de los pilares básicos de la industria. Cuando una batería ha dado por terminada su vida útil todavía puede seguir trabajando como fuente de alimentación o como donante de componentes y elementos para futuras baterías. Se reciclan elementos de todo tipo, desde los metales empleados en crear la cápsula, hasta el aprovechamiento de los compuestos químicos del interior. Es una parte crítica del proceso ya que permite reducir la huella de carbono asociada a la extracción. La economía circular es esencial para garantizar cumplir con los límites de emisiones. Muchas empresas centran sus esfuerzos en el reciclaje de las baterías de sus coches eléctricos, como Mercedes, Volkswagen o Porsche.
