La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) está siendo muy crítica con los objetivos de emisiones de la Unión Europa, y en el sector las partes no terminan de ponerse de acuerdo sobre si es viable o no cumplir con lo que se dicta desde Bruselas. Ahora son los concesionarios de Stellantis los que han elevado sus quejas a la directiva del continente.
Los vendedores han enviado una carta a Ursula von der Leyen, la máxima responsable de la Comisión Europea, en la que explican que la situación actual del mercado hará imposible lograr los objetivos pactados para 2025.
Consideran la meta del todo "inviable"
Concretamente, se habla de una reducción de las emisiones de CO2 de cada vehículo, que no podrán ser superiores a los 94 gramos por kilómetro de media, cuando actualmente están fijadas en 116 gramos por kilómetros.
Y las concesiones europeas del grupo automovilístico aseguran que es algo "inviable" y están preocupadas porque, de seguir adelante con el plan establecido, afectará gravemente al sector.
Por un lado, a los fabricantes, que incapaces de lograr el objetivo acabarán pagando multas millonarias por vender vehículos que incumplan la normativa que se activará en 2025.
Pero son conscientes también de que eso afectará a su vez a los concesionarios, pues "estas multas conducirían inevitablemente a una reducción en los volúmenes de producción dentro de la Unión Europea, lo que a su vez disminuirá drásticamente los volúmenes que nosotros, como distribuidores, podemos vender", tal y como aseguran los responsables de las concesiones de Stellantis.
Carlos Tavares no piensa igual
Además, hablan de una lectura incorrecta del mercado, pues la realidad que ven los vendedores en el día a día con los clientes no casa de forma adecuada con las expectativas de los fabricantes, que en todo caso están presionados por Europa para que aceleren la transición hacia los vehículos 100% eléctricos.
Los que las concesiones dice es que los consumidores todavía tienen cierta reticencias a la compra de modelos cero emisiones, pues siguen teniendo un precio medio bastante alto, y todavía no se ha alcanzado la igualdad estable de precios con los automóviles de combustión.
Por otro lado, todavía es necesaria una profunda adecuación de las infraestructuras de recarga para ajustarse a las necesidades de los usuarios, tal y como señalan en la carta enviada a Bruselas.
Lo curioso es que Carlos Tavares, CEO de Stellantis, hace apenas unas semanas dijo que "sería surrealista" retrasar los objetivos de emisiones de 2025 porque ya están haciendo una enorme inversión, cuando precisamente eso es lo que piden ahora los concesionarios asociados al grupo que lidera, entre otras partes de la industria que también están de acuerdo con dejar estos objetivos para más adelante.