La India ha estado en boca de todos después del gran interés que Tesla ha demostrado en la región. Pese a un inicio turbulento, la compañía de Elon Musk ha hecho públicas las muchas posibilidades de este país y ya estudian la construcción de una nueva Gigafactoría en la que producir el futuro Tesla Model 2. Sin embargo, la firma norteamericana no es la única que ha puesto el punto de mira sobre este país, ya que los propios chinos también han mostrado interés por este territorio.
Concretamente, BYD también ha intentado ingresar en este mercado, que se postula como el tercero más grande del mundo en cuanto a coches eléctricos. Las posibilidades que La India está mostrando al mundo son múltiples, aunque principalmente sus bazas son dos: la asequible mano de obra (más incluso que China) y el gran mercado que presenta gracias a sus 1.400 millones de habitantes.
El propio Jasmeet Khurana, experto en la transición energética del país, sugirió en el último Foro Económico Mundial lo siguiente: “El futuro de quién gane en La India influirá en quién gane a nivel mundial en la carrera de vehículos eléctricos”. Estas palabras suscitaron un importante revuelo en este evento, ya que hasta entonces, el gran vencedor del mercado automovilístico eléctrico era China. No obstante, esto podría cambiar significativamente de cara a los próximos años.
Como ya hemos mencionado anteriormente, Tesla ya cuenta con unos trámites muy avanzados de cara a la construcción de su fábrica. Sin embargo, las últimas reuniones (celebradas hasta hace apenas unos días) se han mantenido en estricto secreto. BYD, por su parte, se posiciona actualmente en un segundo plano con respecto a las negociaciones frente a Tesla, aunque ya ha presentado su inversión de 1.000 millones de dólares sobre el país oriental. No obstante, no todas las noticias han sido positivas para la marca.
El rechazo por parte del Gobierno indio a la propuesta de BYD, y a la de otras marcas chinas, reside, fundamentalmente, en la poca confianza que este país tiene sobre el tratamiento de los datos recopilados que hacen sus vecinos. “Estamos incómodos con los fabricantes de automóviles chinos”, afirmó un funcionario, tal y como recoge Reuters.
El medio chino The Global Times, puntualizó recientemente que este rechazo “conducirá a una reacción en cadena que asestará un duro golpe a la idea de las empresas chinas de invertir en La India”.
Sea como sea, muchos puntualizan que, pese al creciente poder que presenta La India, China seguirá manteniéndose como una región principal en materia de coches eléctricos, debido a su dominio sobre materias primas fundamentales y a la existencia de multitud de proveedores.
Tesla ha sugerido a sus proveedores chinos (quienes han tenido mucho que ver en que esta marca pueda rebajar sus costes significativamente) seguir trabajando juntos en su futura nueva Gigafactoría india. El Gobierno de Narendra Modi, sin embargo, parece aún no haberse posicionado al respecto, más allá de algunos requisitos, como permitir su entrada, siempre y cuando estos se asocien con empresas locales.
Tesla calcula vender alrededor de 20 millones de coches eléctricos en todo el mundo para 2030. Gaurav Vangaal, de S&P Global Mobility, aseguró recientemente: “si quiere volumen tendrán que venir a La India para que sirva, a su vez, como base de exportación de coches eléctricos más asequibles”.
Es indudable, pues, que tanto La India como China se postulan como serios competidores de cara al sector eléctrico en los próximos años. No obstante, la región comandada por Modi parece estar ganando la batalla en cuanto a las múltiples posibilidades que este territorio presenta, aunque China podría seguir teniendo un alto poder sobre otros puntos.