Los fabricantes de automóviles buscan que sus coches sean cada vez más sostenibles. Para lograrlo, ya no solo es necesario implementar un sistema de propulsión cero emisiones. El cuidado del medioambiente es un objetivo que debe estar presente durante todo su ciclo de vida y también en cada uno de los materiales que lo forman. Por eso, los diseñadores e ingenieros ya consideran diferentes opciones sostenibles para los materiales del interior de los automóviles.
BMW anunció el año pasado que sus nuevos coches eléctricos Neue Klasse, lanzados a partir de 2025, incluirán piezas de adorno hechas de plástico que contendrán aproximadamente un 30% de redes y cuerdas recicladas. Que una marca tan importante haya optado por esta opción, sirve como ejemplo para que otras firmas sigan sus pasos.
¿Por qué fabricar a partir de alimentos?
Para que un material sea viable y forme parte del habitáculo de un vehículo debe cumplir una serie de condiciones de durabilidad, desgaste y presencia. Por eso, toda investigación dirigida a proporcionar datos que ayuden a tomar esta decisión es bienvenida. Callum es una empresa de diseño e ingeniería que crea productos personalizados de edición limitada. Está especializada en estilo de vida y viajes y colabora con personas y marcas en varios segmentos, como el arte, la automoción, el audio, la moda y el automovilismo.
El equipo de Ian Callum, cofundador y director de Diseño de la firma, trabaja en unas instalaciones de casi 1.900 m2 en Warwick, Reino Unido. Es reconocido por su extenso trabajo con proyectos como Aston Martin Vanquish, Vantage y DB9, Jaguar F-Type, F-PACE y otros.
Cada día se desperdician miles de toneladas en alimentos. Callum identificó una oportunidad para reutilizarlos y crear nuevos materiales a partir de ellos. La compañía se asoció con la empresa de tecnología ecológica Ottan para encontrar los materiales apropiados que puedan reemplazar a los plásticos y a la vez cumplir con los estrictos requisitos de diseño, ambientales e ingeniería de un automóvil.
El interior modificado de un Porsche 911 se ha empleado como base para una investigación que ha identificado la pulpa de café, las cáscaras de huevo, las lentejas rojas, las nueces y el arroz como materiales viables para el habitáculo de un automóvil de 2030.
Huevos, nueces, café, legumbres...
Una de las soluciones identificadas, que cumplen con los requisitos específicos de temperatura y desgaste, son las cáscaras de huevo mezcladas con resina. El material resultante es liso y opaco, con una superficie mate o brillante. Se puede aplicar dentro del marco de las molduras para los interruptores de las ventanas. Además, al agregar cáscaras de nuez a las de huevo, el material aumenta en un 6% (del 78% al 84%) su contenido reciclado.
Otra solución es utilizar arroz o lentejas para crear un material translúcido suave que se puede usar en las áreas iluminadas de vehículos, como interruptores o cubiertas de lámparas. La pulpa del café es una alternativa resistente a las llamas una vez procesada. Se puede usar como como reemplazo de los plásticos tradicionales en adornos decorativos brillantes, como las inserciones en el tablero.
También es posible aprovechar desechos de alimentos para crear materiales sostenibles. Callum identificó, por ejemplo, que la pulpa de zanahoria morada producía un color similar a la mora para las piezas de adorno. Además, las hojas de los árboles se pueden transformar en una superficie oscura como alternativa a los acabados de madera para la consola central o el salpicadero.
Charlotte Jones, jefa de Materiales y Sostenibilidad de la firma, asegura que se consumen alrededor de 62 millones de toneladas en textiles para ropa al año. Alrededor del 87%, termina en vertederos o se incinera. Sin embargo, empresas como Planq han diseñado un proceso para reutilizar ciertas prendas. Por ejemplo, la compañía tritura pantalones vaqueros y los mezcla con patata o almidón de maíz para crear una capa dura, que luego se puede usar en los armazones de los asientos o en los centros del tablero.
Por último, el estudio de diseño utiliza Camira, un tejido fabricado a partir de residuos plásticos marinos como el poliéster, y Feline, un material blando procedente de botellas de PET, para cubrir superficies de refuerzo. Hay dos ventajas para estos dos materiales. En primer lugar, no penalizan el peso en comparación con los materiales estándar y, en segundo lugar, se pueden reciclar varias veces. Callum agregó un material compuesto por cáñamo y lino en su último proyecto, el scooter Barq EV, para mostrar sus estudios de sostenibilidad.
Ahora que la firma ha demostrado que los materiales sostenibles pueden respetar los requisitos y su producción es factible para 2030, el siguiente paso es probar el material en los próximos proyectos. "Nuestros clientes están comenzando a pensar en proyectos sostenibles poniendo énfasis en la economía circular, destacando los beneficios comerciales de tomar una decisión más sostenible", asegura Ian Callum.
