La Unión Europea se ha propuesto erradicar por completo la emisión de gases contaminantes en el tráfico. Si bien la medida más agresiva se dará a partir de 2035 con la total prohibición de vender vehículos de combustión, las autoridades de cada país han ido aplicando medidas intermedias que ya han limitado la movilidad de los conductores. En 2016 el Gobierno de España implantó el sistema de etiquetado medioambiental para todos los vehículos de la flota. Cuatro pegatinas que causaron mucho revuelo y que ahora volverán a cambiar tal y como ha confirmado el propio director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro.
Es una de las medidas que desde el organismo regulador de tráfico llevan tiempo intentando cambiar. En 2016, tras años de estudio y análisis, la DGT fijó 4 pegatinas, B, C, ECO y CERO, en función de las emisiones de cada vehículo y en función de la normativa Euro que este tuviese. Los coches más antiguos del parque ni siquiera recibieron etiqueta alguna al considerarse excesivamente contaminantes. Hoy esos coches no pueden circular por las cada vez más habituales ZBE implantadas en nuestras ciudades. Todas ellas obligadas por una normativa general proveniente de Bruselas. Muchos conductores buscan el refugio de las pegatinas más favorables, ECO y CERO.
Cambio en el etiquetado general: así afectará a los coches
Sin embargo, como suele decirse, hecha la ley, hecha la trampa. Aprovechando un pequeño resquicio técnico de la norma los fabricantes han impulsado los sistemas microhíbridos (MHEV) para que sus coches obtengan la etiqueta ECO sin que el consumo o las emisiones se vean afectadas. Son coches de combustión con un esquema eléctrico adicional que en Europa están considerados como coches más sostenibles. Caso similar es el de los híbridos enchufables. Muchos de sus propietarios sólo los compran por el distintivo, olvidándose de recargarlos y funcionando la mayor parte del tiempo con combustible. Diferentes asociaciones han lanzado avisos de que estos coches son de los más contaminantes.
Ante semejante aprovechamiento de los fallos técnicos de una norma mal redactada, en los últimos años han proliferado sistemas de movilidad que poco o ningún impacto positivo han causado en el ambiente. De hecho, las emisiones generales de CO2 en la Unión Europea han crecido en los últimos años. El propio Pere Navarro ha sido el encargado de comunicar que están estudiando un nuevo sistema de etiquetado, aunque no ha querido dar detalles de cómo será y cuándo llegará. La medida lleva tiempo estudiándose, desde 2020, y por el momento no hay una fecha clara para su activación. Mientras tanto, el problema paralelo surge ante el precio de los coches nuevos. Los conductores mantienen los vehículos más antiguos y contaminantes, aumentando la edad media del parque de vehículos, ya superior a los 14 años en la actualidad.
Si bien el director de la DGT no ha querido dar mucha información al respecto sí que ha dejado bien claro que los coches actuales, con su etiquetado correspondiente, no se verán afectados ante la llegada de un nuevo formato de homologación. Sólo los coches nuevos deberán atender a las nuevas, y supuestamente más exigentes, propuestas del ente público que, a su vez, deben estar coordinadas con Europa. Sólo ellos se verán afectados por el nuevo sistema de pegatinas medioambientales Muchos abogan por una certificación ambiental considerada a través de todo el ciclo de vida del producto y no sólo de las emisiones que produzca durante su etapa de uso.
