El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, está llevando a cabo un intenso trabajo de comunicación en redes sociales informando de todos los trabajos que se van realizando para reparar las infraestructuras dañadas tras la DANA de Valencia. En el trasiego de tweets en su perfil de X, el ministro ha mencionado la instalación de un radar pedagógico en el bypass de la A-7, un radar del cual algunos usuarios nunca habían oído hablar.
Los trabajos de recuperación de infraestructuras están siendo intensos: los operarios están trabajando en tres turnos (mañana, tarde y noche) los siete días de la semana para intentar recobrar la normalidad lo antes posible, al menos en el tráfico por carretera y tren. Una de las obras finalizadas últimamente es el bypass de la A-7, que ya está listo para ponerse en servicio. Según el ministro Puente, ya está finalizada la banda de rodadura, la señalización y la balización, y han puesto incluso un radar pedagógico. ¿Pero qué es un radar pedagógico? ¿Es un regate léxico propio de un político o es un tipo de radar diferente?
¡ATENCIÓN!
— Oscar Puente (@oscar_puente_) November 13, 2024
El Bypass de la A-7 está listo para ponerse en servicio. Con banda de rodadura incluida, señalización y balización. Hemos puesto incluso un radar pedagógico para que los conductores sepan que no deben correr. Pero la prudencia nos obliga a aplazar su puesta en servicio… https://t.co/Al6ONkzALB pic.twitter.com/7IsSfbJHEp
¿Qué son los radares pedagógicos?
Los radares pedagógicos son dispositivos de control de la velocidad que no tienen capacidad para multar a los conductores que exceden los límites permitidos. Su principal función es informar a los conductores sobre la velocidad a la que están circulando en tiempo real, pero no recogen más datos del vehículo.
A diferencia de los radares convencionales, que tienen la función de detectar excesos de velocidad y aplicar sanciones económicas, los radares pedagógicos buscan un objetivo diferente: educar y concienciar a los conductores para que respeten los límites de velocidad. De ahí su nombre.
Cuando un conductor se aproxima al radar, este muestra en una pantalla la velocidad actual del vehículo al pasar por delante de ellos. Generalmente utilizan un código de colores: la velocidad aparece en verde si es adecuada y en rojo si se supera el límite permitido. Algunos de estos radares también incluyen mensajes adicionales como "Gracias" si el conductor circula a la velocidad correcta, o "Reduzca la velocidad" si se excede el límite.
¿Cómo funcionan los radares pedagógicos?
La principal diferencia es que los radares pedagógicos no envían información a las autoridades de tráfico, no tienen cámaras para identificar matrículas, ni sistemas para emitir sanciones. Pero, aunque tienen un propósito diferente, estos radares utilizan una tecnología similar a los radares convencionales, ondas de radio, para saber a qué velocidad circula un vehículo.
El radar emite unas ondas de radio hacia el vehículo que se aproxima. Estas ondas rebotan en el vehículo y regresan al radar. Al medir la diferencia de frecuencia entre la onda emitida y la reflejada (conocido como efecto Doppler), el radar puede calcular la velocidad a la que se está moviendo el vehículo. Cuanto mayor sea la diferencia de frecuencia, mayor será la velocidad detectada. Este proceso ocurre en fracciones de segundo, lo que permite obtener una medición precisa y casi instantánea de la velocidad del coche. El resultado se muestra en una pantalla en cuestión de milisegundos.
¿Dónde se colocan?
Los radares pedagógicos se han vuelto cada vez más comunes en las calles y carreteras de muchas ciudades y pueblos. Es habitual verlos, por ejemplo, al entrar en un núcleo de población, dentro de zonas urbanas y residenciales o cerca de colegios o parques infantiles.
El objetivo de estos radares es disuadir a los conductores de exceder la velocidad en lugares con alta presencia de peatones o en calles estrechas, donde un exceso de velocidad podría ser especialmente peligroso.
También se pueden encontrar en carreteras secundarias, por ejemplo al acercarte a un cruce peligroso, o en vías donde no es común la instalación de radares sancionadores, pero donde las autoridades quieren incentivar el respeto por los límites de velocidad sin recurrir a multas. También en zonas de obras, como es el caso al que hacía referencia el ministro Puente.
¿Son efectivos estos radares?
Aunque los radares pedagógicos no multan, su presencia puede ser efectiva para reducir la velocidad en áreas sensibles. Algunos estudios han demostrado que muchos conductores tienden a reducir la velocidad al ver su cifra en rojo y ser conscientes de que están siendo medidos, incluso si no hay consecuencias económicas por superar el límite.
Hay otro aspecto importante y es que tienen mejor aceptación social entre los conductores, ya que no son percibidos como una medida puramente recaudatoria, sino como una herramienta para mejorar la seguridad vial.