En realidad, muy poca gente conoce o ha oído hablar del Tesla Roadster. Este fue el modelo con el que arrancó la leyenda de la marca firmada por Elon Musk. El coche eléctrico contaba con un pequeño tamaño, inspirado en el Lotus Elise de la época y con la particularidad de ser descapotable (de ahí su nombre). Sin embargo, la historia de la unidad que protagoniza este escrito es, cuanto menos, llamativa.
Hace unos días, Jamison Cummings, jefe técnico de Tesla en la época de este deportivo, anunció que iba a vender su Tesla Roadster. Sin embargo, este coche no era una unidad 'normal', sino una un poco más especial de lo esperado.
La historia de un Tesla Roadster único en su especie
Concretamente, el coche es un Tesla Roadster Sport con chasis número 1.124. Este vehículo fue comprado a la marca en el año 2012. Poco tiempo después, este sufrió un importante accidente y la marca volvió a hacerse con la propiedad del coche. El, por aquel entonces, vicepresidente de Servicios de Tesla, Joost de Vries, se hizo con él y lo reparó bajo la supervisión de Carl Medlock, gerente del Centro de Servicio de Tesla de Seattle.
Después de efectuar las reparaciones oportunas, de Vries quiso desarrollar un paquete de rendimiento para los Tesla Roadster de motu propio para después poder venderlo a los propietarios del coche como una preparación del mismo. Este proyecto empresarial nunca llegó a ser comercializado, aunque sí se barajó nombre para él, como ‘Roadster RR’ o ‘Roadster E-Sport’.
Ahora, el prototipo de desarrollo de este pinito empresarial es el que ha salido a subasta, el cual cuenta con un extenso catálogo de chucherías adicionales:
- Frenos delanteros y traseros de alto rendimiento firmados por Tarox.
- ABS Flash diseñado para funcionar con el sistema de frenos de alto rendimiento.
- Diferencial de deslizamiento limitado Hollinger diseñado para vehículos eléctricos.
- Suspensión Bilstein Performance.
- Paquete de conducción personalizado para ‘Roadster RR’.
- Carrocería de fibra de carbono visto fabricada a mano (algo único en el mundo).
Después de todo ello, el coche siguió siendo propiedad de De Vries hasta que en el año 2022 lo compró Cummings. En este momento, el modelo recibió una nueva batería del paquete ‘Roadster 3.0’ con 80 kWh de capacidad. Con este componente, el coche ha recorrido menos de 160 kilómetros desde que fuese implantada. En total, el modelo cuenta con 51.500 kilómetros en su odómetro.
La idea de este emprendedor es que el paquete (en aquellos años) tuviese un precio de partida de 30.000 dólares. No obstante, el proyecto jamás llegó a término, por lo que esta es una unidad única en su especie. Por todo ello, este se encuentra disponible en la subasta de Cars&Birds por un precio de salida de 65.000 dólares. La venta del coche se dará por cerrada el próximo lunes día 15 de julio a las 10.30h (hora de la costa oeste de Estados Unidos).
Aunque se desconoce el precio que alcanzará en dicha subasta, los Tesla Roadster ‘comunes’ actuales alcanzan un precio de partida de unos 100.000 euros en el mercado de segunda mano. Por ello, esta unidad tan especial, fácilmente podría rondar los 120.000 o 130.000 dólares, o incluso más. Saldremos de dudas en unos días.