Una de las ventajas que se emplean para explicar la bondad de los coches eléctricos es la eficiencia. Sin embargo, se trata de un concepto matemático en el que entran en juego varias magnitudes físicas y que no siempre quedan claras de manera práctica. Teóricamente, la eficiencia de un coche eléctrico se refiere a la cantidad de energía eléctrica que el vehículo utiliza para recorrer una determinada distancia.
Para medirla se emplea el concepto de los kWh/100 km (o Wh/km) que es la energía expresada en que necesita para recorrer 100 kilómetros. Una magnitud que se ve afectada por el diseño del vehículo, la aerodinámica, el peso, el tipo de motor, la manera de conducir, el clima o el uso de accesorios. Los coches eléctricos son capaces de convertir entre el 85 y el 90% de la energía almacenada en su batería, mientras que uno de combustión se queda en el 20-30%. Pero, todo esto, ¿cómo se traduce en la práctica y en la economía de un conductor? Este ingeniero industrial lo explica.
Las cuentas claras
La eficiencia es una de las cualidades más importantes de un coche eléctrico. Afecta a la autonomía. Un coche muy eficiente puede recorrer más kilómetros con la misma batería, lo que reduce el coste de operación y su impacto ambiental. Todo esto es así teóricamente, pero vamos a poner los números claros para comprobarlo en la práctica.
Ángel Suárez González es un ingeniero industrial que trabaja para SEAT y CUPRA. En su perfil de LinkedIn realizó una publicación en la que explicaba que "la eficiencia es probablemente una de las ventajas menos mencionadas del vehículo eléctrico". En la vida real, recorrió 7.750 km con un CUPRA Born consumiendo solo 1.346 kWh de energía. Pocos, o probablemente ninguno de los coches de combustión del mercado pueden acercarse a recorrer la mitad de estos kilómetros con la misma cantidad de energía.
En declaraciones a El Español, Suárez amplía los pormenores de su experiencia con el CUPRA Born e-Boost de 170 kW /231 CV que homologa un consumo medio WLTP de 15,7 kWh/100 km con el que afirma que puede recorrer "tres veces más distancia que con un coche de combustión" usando la misma cantidad de energía. Explica que "un vehículo eléctrico aprovecha el 90% de la energía, mientras que un motor de combustión solo utiliza una tercera parte, y el resto se disipa en forma de calor".
Además de estas explicaciones que son las que habitualmente se pueden encontrar en la documentación existente sobre la eficiencia de los coches eléctricos, Suárez añade un argumento fundamental que permite compararlos más fácilmente con lo que cuesta un coche de combustión, lo que facilita a un conductor entender los beneficios reales en su economía que va a lograr al acceder a esta nueva tecnología.
Para establecer una comparación que pueda ser entendida a efectos prácticos en la vida cotidiana, Suárez explica a que un litro de combustible tradicional equivale a "9,6 kWh/l en el caso de la gasolina y 10,7 kWh/l en el caso del gasóleo". Para facilitar los cálculos, lo redondea a 10 kWh/l.
Para consumir los 1.346 kWh que menciona en su publicación de Linkedin, un coche de combustión necesitaría alrededor de 134,6 litros de combustible:
[1.346 / 10] = 134,6 l.
Con base en estas cifras, y estableciendo el consumo de un coche de combustión en unos generosos 5 l/100 km, recorrería 2.692 km con esos 1.346 kWh:
[(134,6 x 100) / 5] = 2.692 km.
Si el consumo se eleva a 6 l/100 km, más realista cuando se conduce por carretera, por cada 100 km, recorrerían 2.243 km:
[(134,6 x 100) / 6] = 2.243 km.
Por último, si el consumo es de 7 litros por cada 100 km, solo alcanzarían 1.922 km:
[(134,6 x 100) / 7] = 1.923 km.
Cualquiera de estas cifras está muy alejada de los 7.750 km que Suárez logra con su coche eléctrico.