Las baterías flexibles representan una de las últimas una innovación significativa en la tecnología de almacenamiento de energía. Diseñadas para ser muy delgadas y livianas y, sobre todo, flexibles, permiten su integración en diferentes dispositivos y son aplicables donde las baterías tradicionales no son prácticas.
Sus ventajas radican en la flexibilidad, la forma, la capacidad para doblarse, enrollarse y estirarse, sin perder funcionalidad, y su delgadez, adaptándose a diferentes formas. Son significativamente más ligeras que las baterías tradicionales reduciendo el peso total de los dispositivos que las usan y pueden fabricarse en diferentes tamaños y formas para adaptarse a necesidades específicas. Generalmente, utilizan materiales sólidos o semisólidos, reduciendo el riesgo de fugas y explosiones en comparación con las baterías líquidas.
El futuro de las baterías flexibles: principales perspectivas y expansión del mercado
Mientras que las baterías tradicionales se enfrentan a limitaciones, las baterías flexibles ofrecen ventajas únicas al poder doblarse, estirarse y adaptarse a diferentes formas. El último informe de IDTechEx, "Mercado de baterías flexibles 2025-2035: tecnologías, pronósticos y actores", clasifica estas baterías en dos categorías principales: las de menor capacidad, como las películas delgadas y microbaterías, y las de mayor capacidad, como las baterías avanzadas de iones de litio y las de estado sólido.
Según el informe, en este segundo caso, las baterías avanzadas mantienen una química similar a las celdas tradicionales con mejoras en flexibilidad y en el empaquetado de las celdas y las tipologías de electrolito. Por otro lado, las baterías de estado sólido utilizan electrolitos sólidos o semisólidos como los de cerámica o de sulfuros.
Las baterías flexibles ofrecen ventajas importantes, como la capacidad de enrollarse, estirarse y doblarse sin perder funcionalidad, lo que puede ser crucial en ciertas aplicaciones. Sin embargo, enfrentan el desafío de competir con tecnologías más económicas, como las pilas de botón, que cuestan menos de 0,50 dólares por Wh, en comparación con los aproximadamente 3 dólares por Wh de las opciones más asequibles de baterías flexibles.
Aplicaciones prácticas, todavía lejos de la movilidad eléctrica
Aunque su alto coste sigue siendo un gran obstáculo, las baterías flexibles están encontrando aplicaciones en sectores como las etiquetas inteligentes, utilizadas para el control de calidad y la logística industrial. Se proyecta que el mercado de estas baterías para etiquetas inteligentes y tags RFID alcanzará los 14,3 millones de dólares en 2025, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 23,9 % durante la próxima década.
Las baterías flexibles de mayor capacidad están enfocadas cada vez a los dispositivos que se usan en el cuerpo humano (‘wearables’). Están diseñadas para cumplir con las demandas específicas de estos dispositivos, proporcionando soluciones de almacenamiento de energía con densidad y vida útil adecuadas, mientras mantienen un factor de forma flexible.
El informe señala que la tecnología está pasando de la etapa de desarrollo a la semi comercialización, con proveedores buscando oportunidades en dispositivos wearables como los relojes inteligentes y cascos electrónicos. El alto coste sigue siendo un factor limitante para su uso en productos de bajo coste y la fabricación en masa.
El informe anticipa un crecimiento considerable en estos mercados debido a la innovación y la demanda creciente de aplicaciones especializadas. IDTechEx valora el mercado de dispositivos wearables con baterías flexibles en 43,3 millones de dólares en 2025, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 21,6% en la próxima década. A pesar de estas proyecciones, el mercado general de baterías flexibles sigue siendo pequeño en comparación con el mercado global de baterías de iones de litio, que supera los 50 mil millones de dólares.