La energía solar se ha convertido en la fuente renovable con mayor crecimiento en los últimos años. No obstante, que su principal desventaja es su necesidad de ocupar extensas áreas de terreno para que las instalaciones sean económicamente viables. Estas áreas, una vez destinadas a paneles fotovoltaicos, no pueden ser utilizadas para otros usos potenciales, tales como la agricultura o la ganadería.
Sin embargo, la flexibilidad que permite la instalación de paneles fotovoltaicos da pie a innovaciones como la que, por ejemplo, está desarrollando el Instituto Austriaco de Tecnología (AIT). Su proyecto, denominado PV-Süd está financiado el Ministerio Federal de Acción Climática, Medio Ambiente, Energía, Movilidad, Innovación y Tecnología de Alemania, el Organismo Austríaco para la Promoción de la Investigación (FFG), el Ministerio Federal de Transportes de Alemania y la Oficina Federal de Carreteras de Suiza.
La primera autopista fotovoltaica del mundo
Esta solución innovadora pretende aprovechar las carreteras para convertirlas en una infraestructura generadora de energía, que pueden aprovechar tanto en los vehículos eléctricos como en otras aplicaciones.
Se trata de crear un diseño de un techo cubierto de placas fotovoltaicas que, además de aprovechar la energía solar, también garantice la protección y la óptima funcionalidad. La clave está en la selección de los módulos y las estructuras con el objetivo de asegurar la máxima resistencia ante cualquier impacto ambiental que pueda surgir. A la vez, es necesario priorizar la seguridad vial con la implementación de medidas y dispositivos para proteger a los vehículos que circulen por debajo de ellos.
En esta etapa inicial resulta crucial realizar un pormenorizado estudio de viabilidad económica que asegure la máxima sencillez en la instalación de los paneles y su eficiencia durante la explotación. Esto incluye no solo la gestión inicial, sino también asegurar que los costes de mantenimiento durante toda la vida útil del sistema. Se plantean tecnologías y métodos que reduzcan los gastos operativos y aumenten la disponibilidad energética.
Otros proyectos similares
En 2016, se inauguró en Tourouvre-au-Perche, Francia, el primer proyecto de carretera con paneles solares integrados en el pavimento. Sin embargo, el tramo experimental tuvo que enfrentarse a diversos problemas a lo largo del tiempo. La eficiencia de los paneles disminuyó con cada año que pasaba, y la degradación de los mismos fue tan significativa que algunos tramos tuvieron que ser desmantelados. En última instancia, este proyecto se consideró un fracaso rotundo. A pesar de los planes iniciales para construir 1,000 kilómetros de carreteras solares similares, no se ha vuelto a tener noticias al respecto.
La iniciativa France Nature Environnement y el ayuntamiento de Marsella han propuesto aprovechar las 3.000 horas de sol al año y el alto nivel de radiación en la zona, cubriendo los 26 km de autopistas urbanas que atraviesan la ciudad con una marquesina fotovoltaica, con la que se podrían alcanzar los 1.900 kWh por metro cuadrado, 130 GWh cada año.
Esta cantidad es equivalente al consumo eléctrico de unas 60.000 personas (el 7% de la población de la ciudad). En total, está previsto que la cubierta solar abarque una superficie de 800.000 metros cuadrados, con una potencia máxima de 100 MW.
El proyecto requiere una inversión de unos 240 millones de euros, más del doble del coste de una gran planta fotovoltaica. Los principales beneficiados serían los residentes de las zonas menos favorecidas por donde transcurren estas carreteras. Según los promotores del proyecto, estos habitantes podrían gozar de tarifas eléctricas reducidas “por un periodo asegurado de 20 años”.
Características básicas de una instalación solar sobre autovía
Manfred Haider, responsable del proyecto PV-Süd en el Centro de Sistemas de Movilidad del AIT, subraya que las marquesinas solares no solo deben satisfacer las expectativas de producción energética. También hay que evaluar cómo este novedoso uso de la infraestructura vial puede aportar valor adicional a las carreteras.
Esta iniciativa podría prolongar la durabilidad del asfalto al resguardarlo de condiciones climáticas adversas como el calor excesivo o la lluvia y la nieve. Al mismo tiempo disminuye la contaminación acústica provocada por el tráfico, brindando así ventajas suplementarias tanto para la sociedad como para el entorno natural.
El estreno de la primera autopista fotovoltaica marca un progreso importante en la fusión de la energía solar con la infraestructura de transporte. Este proyecto tiene el potencial de convertir las vías de tránsito en generadores activos de energía renovable y sostenible.