ABT ha sido históricamente uno de los preparadores tuning más experimentados con Volkswagen y Audi. Pero su último trabajo no es un salvaje coche familiar con cientos de caballos sino una reconversión que transforma furgonetas diésel en furgonetas eléctricas. Y aunque la idea puede resultar útil para cierto tipo de clientes, lo cierto es que las prestaciones son bastante limitadas.
Volkswagen tiene actualmente en su gama de furgonetas electrificadas la ID. Buzz eléctrica, ID. Buzz Cargo y la T7 Multivan eHybrid. No existe una versión eléctrica de una de sus furgonetas profesionales más vendidas, la Volkswagen Transporter 6.1. Aquí es donde entra en juego ABT, que propone la conversión de furgonetas diésel ya existentes a furgonetas eléctricas.
La idea surge a partir de dos circunstancias: por un lado, Volkswagen no tiene en su catálogo una T6.1 eléctrica pensada para profesionales. Existe la ID. Buzz Cargo, pero está pensada para el transporte de mercancía y paquetería, no puede comprarse sólo con chasis como base para otras transformaciones. Y por otra parte, cada vez más ciudades prohíben la entrada al centro a los vehículos con motor de combustión, así que hay empresas que necesitan vehículos eléctricos.
El vehículo de partida tiene que ser una Volkswagen T6.1 con caja de cambios automática DSG. En sólo «unos pocos días» en las instalaciones del preparador alemán, se transforma en la ABT e-Transporter 6.1. Esta "nueva" furgoneta monta una batería de 37,3 kWh de capacidad bruta, que ofrece entre 105 y 138 kilómetros de autonomía (WLTP) dependiendo de la carrocería y el peso del vehículo. Una autonomía que se puede antojar muy escasa en los tiempos actuales. El consumo se sitúa entre 27,0 y 35,8 kWh/100 km, dependiendo de la versión.
Se hace hincapié en el tipo de vehículo y carrocería porque ABT puede transformar prácticamente cualquier Transporter, no sólo las de tipo furgón. Pueden ser de batalla larga o corta, con techo alto o estándar, modelos de plataforma o chasis con carrocerías especiales. Por ejemplo, furgonetas adaptadas para servicios municipales de mantenimiento, jardinería, obras... En estos casos, cuyo trabajo es en áreas urbanas, la autonomía no es tanto un factor limitante.
La potencia máxima del motor eléctrico es de 83 kW (113 CV) y el par máximo es de 200 Nm. La velocidad máxima está limitada a 90 km/h para no disparar el consumo de energía, pero opcionalmente se puede deslimitar a 120 km/h. El tiempo de carga completa es de unas 5,5 horas en un wallbox de 7,2 kW, mientras que en una estación de carga rápida con 50 kW de potencia se carga al 80% en unos 45 minutos.
Además de los cortos plazos de entrega, tiene otra ventaja y es que tiene menos impacto medioambiental que fabricar un vehículo eléctrico desde cero. ABT quiere aprovechar también los casos en que la furgoneta diésel necesite sustituir su motor por una avería grave; en lugar de instalarse otro motor térmico, esta es una oportunidad para transformarlo en una furgoneta 'cero emisiones'. ABT no ha publicado el precio de la transformación.
