El hidrógeno, que hasta hace unos años no dejaba de ser el ‘acompañante’ químico y poco útil de muchos compuestos, ha tomado una especial relevancia. Su potencial para convertirse en sistema de almacenamiento y transporte de energía para utilizarlo como combustible o como generador de electricidad ha hecho que su valor crezca muchos enteros. Extraído del agua por electrolisis empleando la energía limpia de las fuentes renovables crea hidrógeno verde convirtiéndose en el protagonista principal de la descarbonización.
El hidrógeno verde es una solución sostenible y crucial para reducir las emisiones de carbono y para impulsar la recuperación económica en medio de la transición energética. Su uso se relaciona estrechamente con la expansión de energías renovables, el transporte eléctrico (y pesado) y la mejora energética de las infraestructuras. La empresa alemana de tecnología y servicios, Bosch, calcula que el hidrógeno, empleado tanto en la industria como en la electromovilidad, podrían generarle alrededor de 5.000 millones de euros en ingresos anuales para el año 2030.
Un mercado muy apetitoso con España como protagonista
Javier González Pareja, presidente del grupo en España y Portugal ha concedido una entrevista a Europa Press en la que afirma que "Bosch cree y apuesta firmemente por la economía del hidrógeno; nuestras estimaciones dicen que en el año 2030, que parece que se ve muy lejos, pero es dentro de cinco años y medio, podríamos, solo en el área de hidrógeno, vender unos 5.000 millones de euros, que hoy sería el 10% de las ventas casi del área de electromovilidad. Y para eso ya desde el año pasado estamos invirtiendo 500 millones de euros al año",
El grupo busca promover el avance del hidrógeno derivado de fuentes renovables para alcanzar la neutralidad climática y garantizar su competitividad. Ofrece soluciones en pilas de combustible y motores de hidrógeno y, además, entrará en el sector de la producción que está experimentando un rápido crecimiento.
El presidente de la filial española de Bosch, que registró una facturación de ventas netas totales de 2.388 millones de euros en 2023, considera a España como un país fundamental para la producción de energía renovable, especialmente de hidrógeno verde. Destaca la participación de Bosch en la alianza 'Shyne' (Spain Hydrogen Network), cuyo objetivo es impulsar proyectos de hidrógeno renovable y maximizar su valor en toda la cadena de suministro. Además, enfatiza la necesidad de impulsar la economía del hidrógeno en Europa para lograr la neutralidad climática y utilizarlo de manera competitiva.
González destaca la importancia del respaldo por parte de las autoridades gubernamentales a la investigación, así como la necesidad de una regulación clara para su producción. Subraya la necesidad de una burocracia que agilice los procesos. Sugiere la implementación de subsidios tanto para la inversión como para la operación, similares a los que recibieron la energía fotovoltaica o eólica en sus inicios, para garantizar su competitividad.
Añade que es crucial establecer cadenas de suministro eficientes, ya que, según señala, la mejor manera de transportarlo es mediante sus derivados. En este sentido, menciona que la Unión Europea está instando a la implementación de un precio fijo efectivo del carbono en los países de origen, aunque hasta ahora pocos países lo han adoptado. Además, destaca la necesidad de utilizar el hidrógeno en diversos sectores económicos, no solo en la movilidad, como por ejemplo en soluciones de calefacción y edificaciones, donde las emisiones de CO2 son incluso mayores que las de la industria automotriz a nivel mundial.
Subraya la importancia de contar con una infraestructura que conecte de manera más eficiente los centros de producción y los de consumo para impulsar la "economía del hidrógeno". Por último, sugiere que los vehículos eléctricos podrían estar alimentados por una combinación de baterías e hidrógeno, lo que convierte a este último en un elemento clave para la electrificación del sector.
La neutralidad tecnológica y los combustibles sintéticos
Bosch defiende la neutralidad tecnológica como clave para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como el transporte pesado. Para adaptar sus tecnologías, la empresa no solo trabaja en las regulaciones europeas, sino también en el desarrollo y normativas de otros mercados como China y EE.UU. Reconocen la importancia de las nuevas medidas de la UE para descarbonizar el transporte en 2040, pero destacan que Europa no es el único mercado relevante. Subrayan la necesidad de ingresos adecuados para la investigación y desarrollo en pos de la sostenibilidad, considerando que en otros lugares aún se venden vehículos con motores de combustión interna.
Bosch está apostando por el desarrollo de combustibles sintéticos y alternativos. En colaboración con Repsol y Rhenus, están probando el combustible HVO (Hydro Vegetable Oil) en camiones que operan entre Irún, Aranjuez y Madrid. Este combustible, derivado de biomasa y desechos biodegradables, reduce las emisiones de CO2 en un 80% y está siendo comercializado a precios atractivos.