Durante los últimos meses, las ventas de vehículos eléctricos están cayendo a un ritmo más que considerable. La Comisión y el Parlamento Europeo, con el objetivo de minimizar el impacto del transporte en el entorno de Europa para así reducir el impacto del Cambio Climático, prohibió vender coches de combustión a partir del año 2035.
Pero esta desaceleración comienza a preocupar al sector, hasta el límite de que algunos fabricantes que habían adelantado su transformación eléctrica al mandato de la UE, como es el caso de Volvo, han recortado, por ahora levemente, sus objetivos. Uno de los motivos que está llevando a este escenario de incertidumbre está en cuatro de los mercados más importantes de Europa y, en concreto, a uno de los canales que más lo impulsa.
¿Las empresas ya no quieren coches eléctricos?
Las empresas están ralentizando la compra de coches eléctricos en Europa. La que las matriculaciones realizadas por corporaciones solo representaron el 12,4% del total, mientras que el 13,8% de las ventas se realizaron a través del canal de particulares.
Esta situación afecta significativamente el progreso del ecosistema automovilístico hacia la electrificación, ya que el 60% de todos los coches nuevos en la UE son matriculados por empresas. Este frenazo en la compra de coches eléctricos por parte de las empresas podría ralentizar el avance de fabricantes de automóviles y proveedores de infraestructura de recarga.
Los ‘culpables’ de la ralentización
La lenta adopción de vehículos eléctricos en el mercado de automóviles corporativos se debe principalmente a la caída de ventas en España, Alemania, Francia e Italia que son los cuatro principales mercados automovilísticos de la Unión Europea.
En concreto, en Francia, España e Italia, la adopción de coches eléctricos en el mercado corporativo disminuyó durante el primer semestre de 2024, mientras que el segmento privado experimentó un aumento.
En Alemania, el mercado empresarial sigue rezagado respecto al sector privado, que ha sido más afectado por la eliminación progresiva de las subvenciones para la compra de vehículos eléctricos de batería.
En contraste, Bélgica es el único país donde el mercado de vehículos de empresa mantiene una posición de liderazgo sobre las compras de particulares, gracias a los cambios fiscales implementados por el gobierno, que han suprimido gradualmente las rebajas de impuestos para las empresas que utilizan vehículos de combustión.
Transport & Environment exige más a la EU
La asociación Transport & Environment advierte que los objetivos climáticos de la Comisión Europea, bajo el liderazgo de Úrsula von der Leyen, podrían verse comprometidos debido a la disparidad entre la realidad actual y las expectativas establecidas por el Ejecutivo comunitario.
"La UE debería seguir impulsando la demanda de vehículos eléctricos estableciendo objetivos para las grandes empresas, al tiempo que mantiene la eliminación progresiva de los motores de combustión interna para 2035 para crear claridad", ha asegurado el director de flotas de T&E, Stef Cornelis, para añadir que es factible que "se pida a las grandes empresas de Europa que a partir de 2030 solo puedan comprar o alquilar vehículos eléctricos de batería".