En un momento en el que la Unión Europea ha decidido relajar los plazos de reducción de emisiones de CO2 en el sector del automóvil, el CEO de CUPRA, Wayne Griffiths, ha querido matizar algunas cuestiones acerca del futuro de los coches eléctricos, con los que se ha mostrado realmente positivo.
Lo que dice Griffiths en unas recientes declaraciones es que todas las partes de la industria deberían entender ya que “los coches eléctricos han llegado para quedarse”, y que no es necesario recurrir a “amenazas” o “prohibiciones” de los combustibles fósiles como entiende que están haciendo los responsables políticos europeos.
Incentivos sí, amenazas no

El actual CEO de SEAT y CUPRA, también ha asegurado que es necesario ofrecer “coches que hagan accesible la electromovilidad”, es decir, que tengan una relación precio y autonomía equilibrada, pues hasta ahora este tipo de vehículos “son caros y tienen una baja autonomía”.
Según Wayne esto irá cambiando con la nueva plataforma para coches eléctricos que está desarrollando la marca, que hará posible modelos cero emisiones a precios asequibles con una gran autonomía, y que serán atractivos en todo su conjunto.
Todo se trata, según el consejero delegado de las firmas ubicadas en España, de convencer a los conductores de que es una tecnología que cubrirá sus expectativas, y no de castigar económicamente a aquellos que utilicen vehículos con motor diésel o de gasolina.
Al consumidor, dice Griffiths, hay que “darle una razón por la que debería hacer ese cambio” y no multarle o hacerle sentir mal por utilizar un coche de combustión.
Hay que apostar por los coches eléctricos sin ninguna duda

Además, aboga por la llegada de incentivos que apoyen la compra de vehículos más respetuosos con el medio ambiente, pero también de unos programas de motivación que recuerden el ahorro que obtendrán en términos de uso con un automóvil eléctrico, así como el resto de ventajas asociadas a esta tecnología.
También es consciente de que hay nuevas formas de propulsión que podrían sustituir a las eléctricas en un futuro, pero “no hay que esperar a que llegue la siguiente”, porque es el objetivo de cara a 2035, y no es momento de pensar en otra cosa. Reconoce que todavía hay muchas dudas acerca de “si esta tecnología realmente será la del futuro”, con las que el CEO dice que es necesario acabar.
Por eso pide a los políticos europeos que trabajen juntos, y no que cada país miembro emita sus propias decisiones y normas, ya que desestabiliza la industria y la aceleración de la movilidad eléctrica.