La recarga es hoy por hoy uno de los puntos más débiles a la hora de hablar de movilidad eléctrica. Es un miedo que impide a muchos conductores decididos dar el salto definitivo al coche eléctrico. Hay varios caminos que tratan de atajar el problema, desde potentes sistemas de carga como el ahora presentado por BYD, a estaciones de ‘repostaje’ que recuperar el 100% de la autonomía en cuestión de segundos. Sobre esta segunda alternativa surge ahora una alianza muy interesante. NIO y CATL se asocian para impulsar una red de intercambio de baterías a escala global.
NIO ha sido durante mucho tiempo la empresa que más ha apostado por el battery swap o intercambio de baterías. La teoría es mucho más sencilla que la práctica. NIO aboga por puntos localizados donde un coche eléctrico es capaz de recuperar toda la carga de la batería en cuestión de unos segundos. Basta con meter el coche en una especie de túnel de lavado y dejar que la tecnología obre su magia. La batería gastada sale del coche y es sustituida por una pila completamente cargada. NIO ha desarrollado todos sus coches en base a este sistema de intercambio. En China está cada vez más extendido.

Una gran unión que podría beneficiar a todo el mundo
Tanto es así que a finales del año pasado el mayor fabricante de baterías del mundo, CATL, presentó en sociedad sus ‘baterías de chocolate’ especialmente diseñadas para el proceso de intercambio. Las Choco-SEB (Swapping Electric Blocks), llamadas así por su parecido con una tableta de chocolate, presentan varios formatos y químicas posibles. Desde soluciones LFP a estructuras NCM. En su mejor versión son capaces de ofrecer hasta 600 kilómetros de autonomía (ciclo CLTC), aunque se pueden estructurar en cualquier tamaño para así poder jugar con el rango homologado. Durante la presentación, CATL anunció un total de 10 modelos iniciales diseñados en su formato energético.
Ahora, desde China, nos llega una asociación realmente importante a ojos de todo el mundo. NIO y CATL unen sus fuerzas. NIO aporta su red de estaciones de intercambio de batería y CATL suministra las pilas. Un acuerdo que según el memorando firmado tiene un carácter global. ¿Eso quiere decir que las veremos en Europa? Sí. De hecho, NIO ya tiene repartidas por el Viejo Continente varias de sus famosas estaciones de intercambio. Por el momento sólo están presentes en mercados eléctricos favorables como Alemania o Noruega. Este nuevo matrimonio empresarial podría impulsar la llegada de más puntos al resto de países de la unión.

NIO ha comunicado que uno de sus coches ya se basa en este acuerdo. Firefly, la filial de NIO empleará las Choco-SEB en sus vehículos. La submarca más económica del fabricante chino presentó hace meses su primer coche. Un utilitario que llegará a Europa en cuestión de meses. España está entre los mercados de conquista de Firefly, aunque todavía son muchos los detalles que quedan por desvelarse. El Firefly (el coche se llama igual que la marca) apostará por un tamaño similar al de un Renault 5. Ofrecerá más de 300 kilómetros de autonomía en ciclo WLTP y se espera que tenga un precio de partida próximo a los 25.000 euros sin descuentos o ayudas.