La industria del automóvil parece haberse vuelto loca. Los cambios se están sucediendo muy rápidamente. China ya no es un mercado discreto y de poca importancia para el sector. Los chinos han despertado de tal manera que, hoy por hoy, son el país con mayor fuerza a nivel de ventas. La movilidad eléctrica les ha permitido ganar ventaja, tanta que ya se atreven a lanzar planes que hace apenas unos años eran impensables. Algunos fabricantes buscan llegar a Europa como sea, incluso de la mano de una gran empresa como Magna Steyr. Los austriacos podrían fabricar algunos de los coches eléctricos chinos en el Viejo Continente.
Aunque no sea una marca muy conocida a nivel internacional y no venden coches, sí se encarga de la producción de algunos de los modelos más populares y famosos de la industria. Sin ir más lejos, el Mercedes Clase G y el BMW Serie 5 son creaciones suyas. Modelos ensamblados en sus modernas instalaciones de Graz, en Austria. Magna Steyr también cuenta con un destacado equipo de ingenieros que trabaja estrechamente con las marcas para desarrollar coches. Scout, la división de todoterrenos eléctricos de Volkswagen para Estados Unidos, contará con la ayuda de los austriacos en el proceso.
Más recientemente, Magna Steyr ha firmado un acuerdo importante con Fisker Automotive para encargarse en exclusiva de la producción del Fisker Ocean. El primer SUV de la marca americana lleva meses produciéndose en Europa. Las primeras entregas tuvieron lugar en la primavera. En el extranjero, en China, la presencia de la compañía austriaca también es relevante, cada día más. En el país asiático se encarga de la producción de algunos modelos para BAIC a través de una empresa conjunta en la región. Esperan poder firmar acuerdos similares en el futuro, pero Magna Steyr vigila muy de cerca a sus socios.
Muchos expertos aseguran que la explosión del mercado eléctrico en China puede suponer un problema a corto plazo. La oferta de marcas y modelos es excesiva y muchas marcas podrían no tener garantizada su continuidad. Dentro de ese frenesí comercial, muchos fabricantes ya miran al extranjero, más concretamente a Europa, como vía de escape. El Viejo Continente quiere convertirse en el primer continente del mundo en eliminar los coches de combustión y eso ha animado a las marcas chinas a desembarcar en los mercados. Por el momento la oferta es discreta, pero cada vez ganan más protagonismo.
Con el fin de acercar los productos, tal y como informa Automotive News Europe, Magna Steyr está en conversaciones con diferentes marcas chinas para producir sus coches en Europa. Sería una solución intermedia a la que ofrecen algunos fabricantes. A su favor, los austriacos cuentan con un gran prestigio industrial. Su fábrica de Graz está considerada como una de las mejores de Europa y su calidad de ejecución está sobradamente contrastada al producir algunos de los modelos más afamados de marcas prémium como Mercedes o BMW.