Los analistas y expertos llevan meses anunciado un problema que cada vez está más cerca. El conflicto bélico iniciado por Rusia en Ucrania ha puesto patas arriba la política energética de la Unión Europea. Los países de la zona ya se preparan para un invierno muy complicado que podría venir acompañado de importantes recortes. Cada país está planteando sus propias medidas, pero en Francia están considerando medidas tan drásticas como la de limitar la recarga doméstica de coches eléctricos en las horas de mayor demanda energética.
El corte del flujo de gas entre Rusia y los países de la Unión Europea está suponiendo todo un quebradero de cabeza para los Gobiernos. La dependencia de terceros países ha puesto en una situación muy incómoda a naciones como Alemania, que busca desesperadamente nutrirse de combustibles para poder calentar los hogares de sus millones de habitantes con la entrada del otoño y el invierno. Cualquier medida empieza a tomarse en serio, incluso la de limitar el suministro. No han sido pocas veces a lo largo de los últimos meses que las autoridades alemanas han avisado de posibles cortes en el suministro.
Aunque por ahora no ha llegado tal fatídico momento es trabajo de los gobiernos preparar el escenario para las situaciones más desfavorables. La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, ha realizado un importante anuncio durante la presentación del plan de acción provisional de la red eléctrica francesa para esta temporada invernal. Durante el acto ha llegado a declarar que en casos de extrema gravedad se podría limitar el suministro de energía en los horarios de mayor demanda de la red: de 8 a 13 horas y de 18 a 20 horas, de lunes a viernes.
Las restricciones se aplicarían a actividades no esenciales, como es la recarga doméstica de vehículos eléctricos. La primera ministra ha declarado que podría llegar a prohibirse a los usuarios de coches eléctricos poder cargar durante esas siete horas diarias, al menos durante los seis meses más fríos del año, empezando con la reciente entrada del otoño y hasta la llegada de la primavera. Repetimos que sería en casos puntuales de extrema necesidad y sólo en momentos concretos que quedarían establecidos por las alertas del sistema EcoWatt.
Desde 2020, Francia mide la demanda y la disponibilidad energética de la red en tiempo real. Con tres niveles de alerta definidos: azul (conductas de ahorro genérico), verde (recomendaciones para el gasto energético) y rojo (restricciones de consumo), sería en el momento más débil de la red cuando se impediría a los usuarios realizar la recarga. Los horarios tampoco son propensos a que muchos conductores se vean afectados, pero es un punto de partida que quien sabe si con el tiempo podría repetirse en horarios más dañinos.
Cuesta creer que en pleno siglo XXI ocurran cosas así, pero la medida planteada por Francia no es la primera ni será la última. Hace ya un año Inglaterra presentó la misma medida que hasta ahora no se ha tenido que ejecutar. En China este mismo año las autoridades se han visto obligados a solicitar que los propietarios de eléctricos no recargasen sus vehículos ante la ola de calor sufrida por el país. Caso muy parecido ha sido el del estado de California en Estados Unidos. Un estado muy comprometido con la movilidad sostenible, pero donde tan sólo el 1,9% del parque es eléctrico.