Desde que Ford y General Motors apoyaron la propuesta de Tesla para que su conector NACS (North American Charging Standard) se convirtiera en el estandar de carga en Norteamérica, casi cada día aparecen nuevos fabricantes haciendo lo mismo. Desde Stellantis hasta el Grupo Volkswagen, pasando por Mercedes o Rivian, muchos ya están convencidos de ello. Todos, incluidos los operadores y fabricantes de puntos de cargan, lo aceptan y le darán soporte.
Pero una voz discordante nace del concierto generalizado: la del CEO de Lucid Motors, Peter Rawlinson, que ha mostrado ciertas dudas al respecto, pese a puntualizar que sus coches eléctricos “probablemente den el paso” y también lo implementen.
Precisamente, Rawlison fue ingeniero jefe de Desarrollo del Tesla Model S antes de dirigir la compañía Lucid Motors, lo que quiere decir que participó en el diseño de este conector de carga y que lo conoce muy bien. El directivo no afirma que este estándar sea malo o funcione mal. Sus dudas están enfocadas a los datos y la privacidad del proceso.
En una reciente entrevista con Bloomberg, señaló que "quienquiera que controle esto, si no es un estándar abierto e imparcial y es propiedad de una empresa, tiene acceso a una gran cantidad de datos de los consumidores. Ser el propietario de esos datos y hacerlo genuinamente con código abierto es lo que me preocupa”.
Rawlinson también rebajó las expectativas que ha suscitado este tipo de cargadores en el público y en otras marcas automovilísticas. “Es sólo un tapón. Lo que realmente estamos comparando es si es un tapón de rosca o es un corcho, no la calidad del vino. Es bastante extraño”, puntualizó el CEO haciendo ver la poca importancia que realmente tiene este componente frente a otros elementos, como la tecnología de carga o la propia capacidad del coche eléctrico.
La crítica del CEO de Lucid no sólo va dirigida al propio estándar de carga de Tesla, sino también a los planes del gobierno estadounidense, que está totalmente enfocado en puestos de recarga rápida en lugar de a otras alternativas con potencias más adecuadas para cuidar tanto el sistema eléctrico del coche, como la eficiencia energética.
“¿Por qué te compras un vehículo eléctrico? En parte porque es mejor, pero en parte, también, porque te preocupas por el medio ambiente. Lo mejor para el medio ambiente es que las centrales eléctricas funcionen de manera más uniforme en un ciclo de 24 horas. Lo peor es cargar durante el día cuando las fábricas están funcionando y todo el mundo está activo”, concluyó Rawlinson.
Esta crítica se suma a la de otros directivos que acusan a los gobiernos centrales de poner ‘todos los huevos en la cesta’ de la carga rápida, dejando así a un lado una potencia de recarga más propicia para todos los elementos y, que a su vez, se lleve a cabo de forma preferentemente nocturna.