Hace unos días nos hacíamos eco de las intenciones de Volvo de quedarse con el total de las acciones de Novo Energy, una empresa de fabricación de baterías para coches eléctricos que compartía a partes iguales con Northvolt. Ahora ya tenemos más detalles de cómo ha sido el proceso, que se ha producido a causa de la bancarrota del socio de Europa.
Tras esta quiebra, y la necesidad de Northvolt de intentar recuperarse a nivel financiero, este último se ha visto obligado a ceder ante la petición de Geely, el gigante chino que, a través de su marca Volvo, ha reclamado la otra mitad de las acciones de la empresa.
China se hace con el control de Novo Energy
Y lo cierto es que se ha quedado con el control total de Novo Energy a coste 0, básicamente porque Northvolt ha incumplido la parte del contrato en la que debía hacerse cargo de una serie de gastos como socio al 50% que era.
Al no poder hacerlo por falta de solvencia, la firma china ha reclamado la mitad restante, y seguirá con los planes para levantar la planta de fabricación de baterías en Suecia, tal y como se planteó en los inicios cuando se llegó al acuerdo en 2021 con Northvolt, aunque ya con este último fuera de la ecuación.
El proceso de compra por un precio de "0 millones de coronas suecas", otorga a la empresa con sede en China unos activos y pasivos que ascienden a 1.962 millones de coronas suecas.
Aunque Novo Energy seguirá adelante en manos de Volvo, sí que se anunciaron ya bastantes despidos, concretamente de un 30% de los empleados, en busca de reducir gastos y darle un empuje para salir del bache generado.
Northvolt se centrará en su proyecto inicial
Por su parte, Northvolt tendrá que seguir haciendo bien los deberes para mantenerse a flote, y la idea es dejar pronto todo estructurado para poder dedicar todos sus esfuerzos a la fábrica de baterías que ya tiene operativa en Suecia, un proyecto que inicialmente desprendía un gran potencial, y que tratarán de recuperar.
De hecho, hay importantes socios interesados en el negociado, que podrían decidir si quieren que salga adelante el proyecto o no, como Volkswagen y Goldman Sachs.
Y Volvo (en realidad Geely), no cierra la puerta a que en un futuro, y ya cuando haya una recuperación financiera, se vuelvan a establecer relaciones empresariales con Northvolt.