Aunque Elon Musk es muy polémico con algunas de las declaraciones que hace, y a veces promete cosas que luego no puede cumplir, lo cierto es que el CEO de Tesla tiene a mano información que la mayoría de los mortales no conocen. Hace aproximadamente un año hablaba de una gran crisis mundial que ya habría comenzado.
Lo que predijo entonces Musk era que el mundo estaba “al borde de la mayor revolución tecnológica” y que todo eso desembocaría este año en una crisis por un escenario que superaría con creces a “cualquier fiebre del oro” de la historia.
¿Sabía algo que el resto no?

Por entonces, hablaba realmente de una crisis energética, en la que la demanda de chips iba a superar a la capacidad de producción de los mismos. Eso, aseguraba Elon, limitaría el desarrollo de tecnologías basadas en inteligencia artificial. Además, vaticinó que en algún momento de 2025 no habría electricidad suficiente para cubrir la demanda.
Lo que quizá entonces no se esperaba es que se iniciaría una guerra comercial sin precedentes, con China en el punto de mira de la Unión Europea y Estados Unidos. Y menos aún, que Donald Trump, del que Musk es asesor, sería el más radical en cuanto a política arancelaria para los coches eléctricos y cualquier otro tipo de producto extranjero.
De hecho, Elon Musk ha terminado mostrándose muy crítico con los aranceles norteamericanos, hasta el punto de llegar a insultar al artífice de estas nuevas tasas de importación, como ya hizo con las aplicadas por parte de Bruselas a los vehículos eléctricos chinos.
El negocio que lidera, Tesla, está pagando las consecuencias del apoyo de Musk a Trump, y a la caída de ventas en todo el mundo se suma el hecho de que los aranceles afectan al fabricante norteamericano en cuanto a componentes que trae de fuera de Estados Unidos, principalmente de Canadá y México.
Donald Trump ha dicho que podría ser algo más flexible para permitir que los fabricantes tengan tiempo de trasladar la producción a territorio norteamericano, pero que no piensa cambiar de opinión. Y lo tiene complicado para entenderse con China, país al que aplica aranceles del 125%, a sumar al 20% anterior, para lo que el territorio asiático ha contestado con un gravamen del 125%.
La pelea con China agrava todo

Además, el presidente de China, Xi Jinping, ha dicho que no seguirá entrando en el juego de Trump, pues el país asiático lleva siendo autosuficiente desde hace 70 años y no necesita a Estados Unidos.
La Unión Europea, por su parte, se muestra receptiva a negociar nuevamente con China una posible eliminación de los aranceles, que podrían sustituirse por un precio mínimo al que se pueden vender en Europa los coches eléctricos chinos.
No hay que olvidar que hay intereses por parte de los fabricantes de todo el mundo en negociar con China, pues los fabricantes de allí, y especialmente CATL y BYD, controlan más del 90% de la producción de baterías para coches eléctricos, y en realidad la dependencia es real también para otros dispositivos electrónicos como teléfonos móviles y ordenadores.
Por ver queda cómo se desarrolla la temporada 2025, y las consecuencias que la guerra comercial tiene a nivel global, pero son muchos los expertos que apuntan hacia una crisis que ya estaría comenzando.