Carlos Tavares no deja a nadie indiferente, pese a que dimitió como CEO de Stellantis el pasado mes de diciembre. ¿El motivo? Los accionistas del cuarto fabricante mundial han aprobado una indemnización para el portugués de 23,1 millones de euros.
Pero algunos han criticado esta cantidad cuando, en 2024, el Grupo Stellantis perdió hasta un 70% de beneficios y dos de sus marcas están al borde de la quiebra.

Una indemnización de 23,1 millones que no ha gustado a todos los accionistas
Tal y como recoge Europa Press, este martes 15 de abril ha tenido lugar la junta anual de accionistas, en la que se han aprobado todas las resoluciones presentadas por el Grupo Stellantis a los mismos. Entre ellas, una distribución de dividendos de 2.000 millones de euros sobre las acciones ordinarias, que supone el pago de 0,68 euros por cada acción.
Pero sin duda la resolución más polémica ha sido el pago de una indemnización para el ex CEO de la compañía Carlos Tavares, quien dimitió de su puesto el pasado mes de diciembre tras la mala marcha de alguna de las marcas del grupo y tras desencuentros con el Consejo de Administración del Grupo Stellantis.
Hasta el 67% de los inversores de Stellantis han votado a favor de esta indemnización de 23,1 millones de euros para Tavares, quien tomo cargo como CEO del Grupo en 2021.
Sin embargo, algunos inversores, como Allianz Global Investors y otros accionistas importantes votaron en contra de esta indemnización.
Según Allianz Global Investors, el importe de esta indemnización les parecía "desproporcionado" considerando "los resultados operativos por debajo de lo esperado" y las circunstancias que rodearon "la dimisión forzada" del consejero delegado.

Un 70% menos de beneficio y dos marcas al borde la quiebra
Allianz se refería, entre otras cuestiones, a la trayectoria de dos marcas como Alfa Romeo y Maserati, en problemas financieros que podrían llevarles a la quiebra y que el Grupo Stellantis está considerando vender.
Pero, además, también se refería al hecho de que, tal y como señalan desde Europa Press, el pasado año, el Grupo Stellantis cerró el ejercicio con una caída del 70% de sus beneficios netos. Y hoy día, esta caída de beneficios del 70% se ha visto acompañada, para mal, de un descenso del 9% en las entregas de sus vehículos durante el primer trimestre de 2025.
Algo a lo que además, hay que sumar la grave exposición del Grupo -que logra el 40% de sus ventas en Estados Unidos- a los aranceles impuestos por Donald Trump.
No en vano, el Grupo Stellantis fabrica en Méjico sus vehículos industriales y TT de la marca RAM, que supuso un tercio de sus ingresos en EE.UU. en 2024; y produce en Canadá automóviles de sus marcas Chrysler y Jeep, que supusieron, en 2025, el 10 y el 45% de sus ingresos en Estados Unidos el año pasado.