Europa pelea por atraer el dinero de China: la guerra comercial entre los países miembros

El mundo del revés. Si hace unos años era China la que quería atraer inversión europea o son los europeos los que se pelean entre sí por firmar grandes contratos con fabricantes chinos.

Cada vez más fabricantes chinos buscan espacios donde fabricar sus coches y sus componentes.
Cada vez más fabricantes chinos buscan espacios donde fabricar sus coches y sus componentes.
12/06/2024 07:00
Actualizado a 12/06/2024 07:00

La guerra comercial entre China y Europa ha desatado una serie de movimientos que han afectado a toda la industria y a millones de trabajadores del Viejo Continente. La llegada de los fabricantes asiáticos a la región ha desestabilizado un sector bastante tradicional. Los fabricantes y los políticos han hecho poco por evitar la conquista, pero los países miembros pelean entre sí para atraer cientos, por no decir miles, de millones de euros en inversión que garanticen su tejido industrial de cara al futuro. Los países de la Unión Europea están compitiendo por las fábricas chinas. El mundo al revés.

Durante décadas han sido los chinos los que han peleado por captar la atención de la industria automovilística europea, la, supuestamente, más competitiva y exigente de todo el mundo. Sin embargo, los chinos fueron mucho más listos de lo que ahora son los europeos. El Gobierno de Xi Jinping obligó a que todo fabricante europeo debía asociarse con una joven compañía local. Una serie de joint-ventures fijaron las bases de la poderosa industria automovilística china actual. Hoy, esos fabricantes alimentados por europeos hacen las maletas y viajan al oeste con el único objetivo de hacerse un hueco en el mercado.

Fábrica Coches
El tejido industrial de Europa está en peligro ante la bajada de la producción. China sale al rescate.

Millones de puestos de trabajo en toda Europa corren peligro

Un hueco que promete ser tan grande como para resquebrajar la estructura industrial clásica. China tiene a su alcance los recursos de los que carece Europa, tanto en materias primas como en masa laboral y financiación. En octubre del año pasado el Parlamento Europeo inició una investigación para determinar si el Gobierno chino está alimentado la industria automovilística con el propósito de desestabilizar el mercado global. El análisis previo de dicha investigación, todavía no concluida, determina que el país ha entregado enormes sumas de dinero a sus fabricantes para poder fabricar más y más barato que los homólogos europeos.

Esto ha provocado un gran malestar en Europa y desde Bruselas amenazan con subir la tasa arancelaria a todo aquél fabricante chino que ose vender sus coches en la región. Una subida del 10 al 30% podría causar daños parciales a las marcas, aunque algunos analistas aseguran que no lo notarán. Este movimiento ha provocado un cambio de estrategia en China, derivar la producción a Europa. De esta manera las marcas se evitarían tener que pagar los nuevos impuestos especiales y, por lo tanto, volveríamos a la casilla de salida. Los chinos serían capaces de ofrecer productos más baratos que la competencia europea. Ya lo vemos en marcas como MG o BYD. La punta del iceberg.

Parlamento Europeo
Los países miembro desoyen al Parlamento Europeo y buscan su propio capital extranjero.

Si bien Europa propone normas, los países miembros actúan por su cuenta. Los gobiernos locales buscan atraer la inversión china. Grandes corporaciones están pensando en abrir centros de producción en el Viejo Continente y venden sus proyectos al mejor postor. Al país que más ventajas económicas y normativas le ofrezcan. SAIC Motors, empresa estatal busca ubicaciones en Europa. BYD ya ha anunciado su primera fábrica en Hungría. Chery ha sido la última en sumarse a la fiesta apoderándose de las abandonadas instalaciones de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. En los últimos dos años, España ha atraído una gran inversión por parte de los fabricantes de coches. Todas las plantas tienen garantizado su futuro con proyectos de largo recorrido.

La maniobra china no sólo es provocada por la aparición de nuevos impuestos. Los chinos son conscientes que tienen que lavar su imagen corporativa. Sus productos deben ser percibidos como europeos y para ello nada mejor que colgarles la etiqueta Made In Europe. Las ventas de marcas chinas en Europa representó un 4% en 2023 y se espera que esa cifra se incremente hasta el 7% en este 2024. No sólo los fabricantes de vehículos están acercándose a nuestro continente, también otras empresas encargadas de producir elementos secundarios e importantes como las baterías. CATL, el mayor fabricante de baterías para coches eléctricos, tiene ya dos instalaciones en la región y pronto sumará una tercera donde producir sus baterías más modernas y desarrolladas.

Sobre la firma
foto Javier Gomara
Javier Gómara

Ingeniero de carrera y periodista de motor por placer y pasión. Redactor de Híbridos y Eléctricos desde 2021, cubriendo la actualidad del sector de los vehículos eléctricos y la movilidad sostenible.