CSIRO, la agencia nacional de investigación australiana, ha anunciado que, con fines de pruebas, va a fabricar el primer generador de hidrógeno portátil para aplicaciones de suministro eléctrico y de repostaje de hidrógeno con total independencia de la red de suministro eléctrico. De resultar una solución viable, estaríamos ante una nueva forma de abastacimiento eléctrico que promete dar relevo a los viejos generadores diésel.
El proyecto piloto se llevará a cabo gracias a una primera inversión de 10 millones de dólares australianos (6,06 millones de euros según el cambio actual) que se distribuirán a lo largo de los seis próximos años años. El encargado de ejecutar el proyecto es la empresa Advanced Carbon Engineering. El proyecto se enmarca en la Misión Industrial del Hidrógeno del CSIRO, cuyo objetivo principal es apoyar la descarbonización mundial mediante el desarrollo de una industria australiana del hidrógeno comercialmente viable.
En una primera fase, los científicos pretenden construir un generador piloto a reducida escala de tamaño, de aproximadamente 1 metro de alto y 2 de ancho. Según estiman, será capaz de producir 5 kilos de hidrógeno puro al cabo de un día de trabajo. El segundo paso del proyecto consiste en aumentar la escala del aparato para poder efectuar demostraciones en circunstancias de uso real. Está previsto que en esta segunda fase alcance el tamaño de un contenedor de transporte estándar, unos 12 metros de longitud, con una producción de 20 kg de hidrógeno al día.
Según Vicky Au, subdirectora de la Misión Industrial del Hidrógeno del CSIRO, el proyecto se ha diseñado para abordar algunos de los problemas que más dificultan el crecimiento del sector del hidrógeno. "Para que la industria del hidrógeno se ponga en marcha, tenemos que ser capaces de llevarlo allí donde lo vaya a utilizar el consumidor". Este es precisamente el objetivo que pretenden cubrir con una generador de hidrógeno como el que tienen intención de construir y será lo bastante compacto como para trasladarse a donde se necesite, "ya sea una granja, un festival, una instalación industrial o una mina".
Todo el proyecto gira en torno a un catalizador patentado por el CSIRO. Lo definen como un "mezclador estático catalítico" y su interior está diseñado para mezclar fluidos de forma óptima con el fin de acelerar y controlar mejor las reacciones químicas. A grandes rasgos, está formado por una estructura impresa en 3D con un revestimiento catalizador que encaja en tuberías de tamaño estándar. A medida que el portador líquido hidrogenado fluye a través y alrededor del mezclador, el catalizador extrae el hidrógeno en forma de burbujas gaseosas.
Los portadores líquidos pueden ser sustancias como el metanol, capaces de absorber y liberar el hidrógeno mediante reacciones químicas. Tras su uso, se devolverían para su hidrogenación a una planta de producción de hidrógeno a gran escala con vistas a permitir su reutilización. Como valor añadido, este proceso de hidrogenación y deshidrogenación no genera emisiones.
El CSIRO prevé que el generador de hidrógeno sea apto para suministrar energía sin conexión a la red, aspirando a sustituir a los generadores diésel, liberando de emisiones a la atmósfera a todas las actividades que dependan de este tipo de aparatos, así como para estaciones de repostaje de hidrógeno para coches impulsados por este combustible.
