La competitividad favorece al cliente. Las diferentes marcas, tecnologías y modelos presentes en el mercado chino han expandido la actividad industrial relacionada con el sector de la automoción. China ha despertado de su letargo y hoy se sitúan como la región de referencia en lo relativo al coche eléctrico y a los vehículos de nueva movilidad. Un estudio realizado en 2023 contabilizó un total de 150 marcas diferentes peleando en el mismo mercado. Una auténtica locura comercial y económica. No todas ellas ganan dinero, de hecho, sólo dos de ellas consiguen ser rentables con sus coches eléctricos.
La realidad del mercado es bien diferente según dónde se mire. Europa y Estados Unidos están sufriendo una crisis comercial en vehículos enchufables. Las ventas se han ralentizado y muchos dan por hecho que el 2024 será el primero de la serie histórica en el veamos cifras de recesión. Al otro lado del mundo, en China, la explosión comercial es una realidad palpable. La diversidad llega a ser excesiva y ante un mercado con claros síntomas de saturación muchas empiezan a mirar a otros territorios donde poder elevar no sólo las ventas, también la rentabilidad. Se ha demostrado que las marcas chinas son mucho más rentables en Europa que en China, incluso con la entrada en vigor de los nuevos aranceles.
El 15% de las factorías fabrican casi la mitad de los coches del país
Durante una conferencia empresarial celebrada en China, Song Zhiping, presidente de la Asociación China de Empresas Cotizadas, ha lanzado la voz de alarma. De las 150 marcas diferentes presentes en la región, incluyendo fabricantes nacionales y asociaciones extranjeras, sólo dos de ellas presentan un balance económico positivo, BYD y Li Auto. A pesar de la dramática situación, Zhiping apoya el trabajo que están realizando las marcas, “si no fabricamos coches eléctricos, no tendremos futuro. Ése es el dilema del innovador" Se prioriza la cuota de mercado por encima del beneficio. Algunas marcas consiguen mejorar sus datos de matriculación a la vez que amplían generosamente sus pérdidas. Ese es el caso de algunas marcas conocidas como NIO o XPeng, aunque no son las únicas que presentan balances negativos.
En el caso particular de NIO, la empresa trabaja en la creación de varias marcas secundarias y más baratas que pronto llegarán a Europa y a España con una oferta encabezada por el nuevo Onvo L60. En 2023, NIO aumento sus ingresos hasta los 55.600 millones de dólares, un 12,9% más. Sin embargo, las pérdidas crecieron aún más hasta llegar a los 13.750 millones de dólares, un 45% más. La realidad de XPeng, sin ser tan negativa, sigue la misma línea. El año pasado el fabricante declaró pérdidas netas por un valor de 1.400 millones de dólares para unos ingresos de 4.200 millones de dólares. No sólo los fabricantes pierden, también los proveedores trabajan con un claro endeudamiento.
China no pretende levantar el pie del acelerador y confía en que más marcas eléctricas empiecen a ser rentables. Li Auto y BYD fueron las empresas que Song destacó por encima del resto. En 2023 Li Auto, que sólo cuenta con cinco modelos en el mercado, incluyendo el Li Auto Mega, uno de los coches eléctricos con mayor potencia de carga del mundo, conquistó ingresos totales valorados en 17.000 millones de dólares, un increíble aumento del 173,6% con respecto al 2022. A final de curso el beneficio neto fue de 1.600 millones de dólares, lo que representa una rentabilidad del 9,5%. Un dato muy positivo que pocas marcas consiguen alcanzar, no sólo en China, también en el resto del mundo.
Mirando la radiografía industrial del país, en 2023, las fábricas de automóviles chinas tuvieron una tasa de utilización del 59% de su capacidad total. El resultado puede ser contradictorio ya que las cifras son muy dispares en función de la marca. BYD alcanzó una tasa de utilización del 80%, Tesla la superó con un 92%. Los fabricantes extranjeros representan la sección más negativa. Hyundai apenas alcanzó una capacidad de fabricación del 23%. En China, el 15% de sus fábricas fabrican el 47% de los vehículos con una tasa de utilización de más del 95%. Por otro lado, el 20% de las fábricas del país apenas ensamblaron 1.000 unidades en todo el año. Un 17% fabricó menos de 10.000 coches.