El mayor fabricante europeo de baterías se resiste a morir: sus mayores accionistas, incluido Volkswagen, le dan otra oportunidad

Le legislación sueca obligó a Northvolt a convocar una votación para decidir si continuaba operando o cerraba definitivamente sus puertas.

En los últimos meses Northvolt ha estado en el centro de atención por sus problemas.
En los últimos meses Northvolt ha estado en el centro de atención por sus problemas.
09/01/2025 13:30
Actualizado a 09/01/2025 13:30

El gigante sueco de las baterías eléctricas Northvolt ha conseguido el respaldo necesario para continuar con sus operaciones mientras trabaja en la reestructuración de sus finanzas.

Durante una reunión clave celebrada en Estocolmo, los principales accionistas, entre ellos Volkswagen y Goldman Sachs, votaron a favor de mantener con vida la compañía en lugar de liquidarla, en un proceso supervisado bajo el Capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense.

Este resultado es un alivio para la compañía, que ha atravesado meses de incertidumbre tras su (aparentemente) meteórico ascenso como el referente europeo en la fabricación de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos. De hecho, se convirtió en el mayor y más prometedor fabricante europeo de estos dispositivos. Incluso con sospechas de sabotaje por parte de China.

En un comunicado posterior al encuentro, Northvolt aseguró que el resultado "demuestra el apoyo de nuestros accionistas mientras buscamos hacer realidad nuestra ambición y maximizar nuestro valor". Además, la empresa subrayó que sigue aumentando la producción y ejecutando su transformación.

De promesa europea a crisis financiera

Fundada en 2016, Northvolt se presentó como la gran esperanza europea en el sector de las baterías, con el objetivo de reducir la dependencia de Asia en la fabricación de componentes esenciales para vehículos eléctricos. Su lema, que se puede traducir como "Hagamos historia sin petróleo" o "Dejemos atrás el petróleo", reflejaba su ambición de liderar la transición energética. En pocos años, la compañía captó más de 10.000 millones de dólares en inversiones, provenientes de capital privado, deuda y financiación pública, consolidándose como un actor estratégico en Europa.

Sin embargo, en solo unos años, ha pasado de ser el modelo de éxito europeo en la industria de baterías a una compañía que lucha por sobrevivir. A finales de 2023, los problemas comenzaron a acumularse. Dificultades en la producción, retrasos en la construcción y ampliación de sus plantas y un entorno económico adverso provocaron una sucesión de problemas que terminó llevándo a la compañía a solicitar la protección por bancarrota en noviembre. Para entonces, la compañía acumulaba una deuda de 5.800 millones de dólares y empleaba a 6.600 personas en operaciones repartidas por siete países. También despidió al 20 por ciento de la plantilla.

La importancia del respaldo accionarial

La legislación sueca establece que las empresas deben someterse a la aprobación de sus accionistas cuando el valor de sus acciones cae por debajo de la mitad del capital social registrado. Este requisito legal obligó a Northvolt a convocar una votación crucial para decidir si continuaba operando o cerraba definitivamente sus puertas.

Aunque el resultado haya sido favorable, la presión sobre la empresa sigue siendo muy alta. Desde la quiebra de noviembre, Northvolt ha estado sometida al escrutinio de sus inversores y ha tenido que demostrar que puede ejecutar una transformación que la haga viable a largo plazo.

La apuesta por la reestructuración

Los expertos apuntan que el respaldo de accionistas de peso como Volkswagen y Goldman Sachs podría ser un punto de inflexión en la recuperación de Northvolt. Sin embargo, este apoyo también implica expectativas altas: la empresa debe mostrar resultados y superar los cuellos de botella que frenaron su producción.

Uno de los objetivos de Northvolt es recuperar el ritmo de fabricación en sus principales plantas para cumplir con los acuerdos de suministro firmados con grandes marcas automovilísticas. Unos retrasos que han ocasionado la ruptura de un acuerdo multimillonario con BMW y el retraso de modelos eléctricos en Porsche y Audi. La reestructuración también incluye medidas destinadas a optimizar los costes y asegurar una financiación más estable que evite nuevos episodios de incertidumbre.

Ahora, con el respaldo de sus accionistas, la compañía busca recuperar la confianza y consolidarse como pieza clave en la transición energética. Los próximos meses serán decisivos para ver si Northvolt logra transformar sus dificultades en una fructífera etapa de crecimiento.

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