Hay que reconocer que, bajo la batuta de Elon Musk, Tesla ha contribuido enormemente a la sociedad, al medioambiente y a la industria del automóvil. Ha cambiado, para bien o para mal, nuestro concepto de movilidad. Pero sus políticas no siempre han sido acertadas. Con el empresario haciendo política en las filas de Donald Trump, muchos aseguran que logará que uno de sus objetivos es que las regulaciones favorezcan a sus coches eléctricos.
Sin embargo, hay cosas que no parecen cambiar. Desde 2016, la NHTSA ha iniciado múltiples investigaciones relacionadas con los vehículos de la marca estadounidense. Entre las más recientes destacan la de este verano sobre problemas en los limpiaparabrisas de la Tesla Cybertruck y la del pasado año, que obligó a Tesla a actualizar el software del sistema Autopilot en más de dos millones de unidades. Ahora, con Musk protagonizando las noticias políticas internacionales, se abre una más.
Una nueva investigación sobre el Autopilot de Tesla
Celebradas las elecciones a la presidencia de EE.UU, Elon Musk ha sido nombrado por el presidente electo Donald Trump como codirector del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), creado para reducir regulaciones innecesarias y optimizar los gastos en la administración pública. Musk compartirá esta responsabilidad con Vivek Ramaswamy, empresario y ex candidato presidencial, y ambos buscarán implementar medidas enfocadas en la eficiencia y la reducción presupuestaria.
Si bien desde la nueva administración, su incorporación resalta la apuesta del próximo gobierno por la innovación y la experiencia tecnológica para mejorar la gestión pública, muchos dudan de que el controvertido personaje busque favorecer a sus múltiples empresas, entre ellas, Tesla, frente a las nuevas regulaciones que se avecinan.
Pero por ahora, eso no está ocurriendo. La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) ha iniciado una investigación que afecta a 2,6 millones de vehículos eléctricos de Tesla, tras recibir múltiples denuncias relacionadas con accidentes mientras se utilizaba la función de conducción autónoma Actually Smart Summon.
Se trata de una función avanzada diseñada para permitir que los vehículos equipados con tecnología de conducción autónoma se desplacen automáticamente hacia el propietario desde un estacionamiento o una corta distancia, sin necesidad de que este esté dentro del vehículo. Esta característica se utiliza a través de la aplicación móvil de Tesla, donde el conductor puede convocar al coche para que lo recoja en un punto cercano.
Según ha informado la oficina de investigación de defectos de la NHTSA, los incidentes reportados ocurrieron mientras esta tecnología estaba activa. Este procedimiento marca la segunda investigación en solo cuatro meses por parte del regulador estadounidense en relación con las capacidades de conducción autónoma de Tesla. En octubre, la NHTSA examinó 2,4 millones de vehículos equipados con el software Full Self-Driving (FSD), tras registrar cuatro colisiones, una de ellas con resultado fatal en 2023.
Este nuevo escrutinio representa un desafío significativo para Tesla y su director ejecutivo, quien ha enfatizado la importancia de la conducción autónoma para el futuro de la compañía. Musk ha reconocido que el éxito de Tesla en esta tecnología será un factor determinante para su valoración, afirmando que "la conducción autónoma definirá si Tesla tiene un valor inmenso o prácticamente nulo".