La tecnología de las baterías que alimentan los vehículos eléctricos es crucial para garantizar a los compradores un vehículo funcional que les resuelva su movilidad de la misma forma que hasta ahora lo han hecho los de combustión. Además de la fiabilidad, el mercado demanda autonomía, tiempos de carga lo más rápidos posible, costes de mantenimiento bajos y seguridad. Por eso, se busca un sustituto para las baterías de electrolito líquido que hasta ahora se están utilizando en la industria. Los electrolitos sólidos son los candidatos ideales pues cumplen con todos los requisitos mencionados.
Toyota tiene su propio ritmo en la carrera de las firmas por poner en el mercado una gama completa de vehículos eléctricos. A principios de este año, el que hoy en día es, por volumen, el mayor fabricante de automóviles del mundo anunció un "avance tecnológico" para las baterías de estado sólido. No se trataba tan solo de una nueva batería basada en esta tecnología, también era un intento por abordar los desafíos de durabilidad que se exige a unas baterías que deben soportar cientos de miles de kilómetros sin degradarse en exceso.
Un socio 'inesperado' para fabricar las mejores baterías del mundo
Idemitsu Kosan es la segunda refinería de petróleo más grande de Japón. Posee una participación de Delta Lithium, una empresa australiana especializada en la extracción y el proceso de explotaciones de litio. El gigante del petróleo se ha involucrado profundamente en las cadenas de suministro de baterías para vehículos eléctricos y ahora presenta un acuerdo con Toyota con la vista puesta en el fututo del electrolito sólido.
Según el comunicado emitido por ambas empresas, el objetivo es lanzar al mercado las baterías de próxima generación para 2027-2028. A continuación, el programa continuará con la producción en masa a gran escala. Si todo sale según lo planeado, estas nuevas baterías podrían alimentar los vehículos eléctricos de Toyota antes del final de esta década.
Las prestaciones de estos coches eléctricos estarían muy por encima de lo que ofrece la generación actual: autonomía de 1.200 km y tiempos de recarga de tan solo 10 minutos. Uno de los mayores obstáculos de esta tecnología son los costes asociados a su desarrollo y producción. A pesar de que sus ventajas son evidentes, su elevado precio podría obstaculizar su puesta en el mercado.
¿Cómo es el electrolito sólido de Toyota?
La colaboración entre ambas empresas se centra en el desarrollo de electrolitos sólidos de sulfuro que se distinguen por su suavidad y adhesividad y que ya han demostrado su potencial para lograr alta capacidad energética y un alto rendimiento en vehículos eléctricos. Cualidades todas ellas que los convierten en candidatos ideales para la producción masiva de baterías. La etapa inicial se concentrará en el desarrollo básico de una gran instalación piloto en la que poner a prueba el proceso de producción a pequeña escala
En las etapas posteriores se profundizará en la producción en masa, utilizando esta misma planta. Será entonces cuando Toyota las incorporará en sus vehículos eléctricos. El paso final será la exploración minuciosa de la producción y la comercialización a gran escala.
Las ‘otras’ baterías de Toyota
"Estamos decididos a liderar el mercado mundial en baterías", aseguró hace unos meses el director de Tecnología, Hiroki Nakajima. "Necesitaremos varias opciones para las baterías, al igual que tenemos diferentes sistemas de propulsión. Es importante que estas baterías sean compatibles con cualquier tipo de modelo". Keiji Kaita, presidente del Centro de Desarrollo de Ingeniería Avanzada de Toyota, revelaba cinco nuevas variantes de baterías que estarían disponibles para su implementación hacia finales de esta década. Las primeras, en 2026, serán las baterías de iones de litio de próxima generación: 1.000 km de autonomía, un 20% más económicas y recarga del 10% al 80% en menos de 20 minutos.
Las siguientes serán las baterías bipolares de fosfato de hierro y litio, en 2026 o 2027. Aumentarán el alcance en un 20% y reducirán los costos en un 40%. En 2028, llegará un avance de estas a base de níquel que mejorará el alcance en un 10% y tendrán un coste un 10% inferior.
En paralelo, Toyota desarrollará estas baterías de electrolito sólido disponibles para 2027 o 2028 con un 20% más de autonomía que las baterías de iones de litio de 2026, lo que implica una capacidad de 1.200 km.
Finalmente, Toyota prevé una segunda generación de baterías sólidas después de 2028 que brindará un 50% más de alcance, lo que supone, en la práctica, llegar hasta los 1.500 km de autonomía. Darán lugar a una nueva línea de vehículos eléctricos de próxima generación que ya están desarrollando a partir de una hoja en blanco desde la recientemente creada división BEV Factory.