La historia entre la Unión Europea y la desconfianza con las marcas chinas se remonta hasta la segunda mitad del año 2023. Por entonces, ya se advirtió que el ejecutivo europeo había abierto una investigación sobre posibles apoyos o subsidios a estas empresas por parte del gobierno chino. Aquella indagación concluyó en junio del año 2024, cuando se anunció la adopción de aranceles a la importación de coches eléctricos producidos en el país oriental.
Dichos aranceles eran de mayor o menor porcentaje según su nivel de apoyo a la investigación de la Unión Europea. Si la empresa había sido colaborativa y no había mostrado signo de financiación gubernamental, el porcentaje era más bajo. Tal caso fue el de la marca BYD, la cual cuenta con unos impuestos más atractivos frente a otras de sus marcas compatriotas.
Pese a la conclusión de aquella investigación, la Unión Europea continúa con su carrera de exploración sobre posibles fuentes de financiación de China a sus compañías. La última rama de esto los ha llevado nuevamente a BYD y su primera planta de producción de coches eléctricos en Europa.

BYD bajo investigación de la Unión Europea
Concretamente, la Unión Europea está investigando si el gobierno chino ha proporcionado nuevos subsidios injustos a BYD para financiar su planta de producción de coches eléctricos en Hungría. Según apuntan desde Automotive News Europe, la Comisión Europea está actualmente en una etapa preliminar de la investigación, por lo que aún podrían tardar unos meses en dar una respuesta clara a todo esto.
En el mencionado informe se afirma que, en caso de encontrar positivamente pagos injustos a BYD por parte del estado oriental, la Comisión Europea podría tomar represalias al respecto. Específicamente, esto podría llegar en forma de obligarla a vender algunos de sus activos, reducir la capacidad de producción durante un periodo de tiempo, devolver dicho subsidio o pagar una multa a la Unión Europea.
Por ahora no han dado detalles oficiales al respecto desde la Comisión Europea o desde BYD. No obstante, sí lo han hecho desde el Gobierno de Hungría, país donde se está asentando la nueva industria de la marca china. El primer ministro del país, Viktor Orban, quien es bastante crítico con la posición y las decisiones políticas de la UE, ha confirmado su total rechazo a estas indagaciones ante una empresa de gran calado y que puede dar muchos puestos de trabajo dentro de la región.

Del mismo modo, también Janos Boka, ministro europeo de Hungría, ha asegurado que el ejecutivo húngaro no estaba informado de la apertura de esta investigación. “No es sorprendente -y es de conocimiento general- que cualquier inversión que se realiza en Hungría aparezca muy rápidamente en el radar de la Comisión, y la Comisión sigue con redoblada atención cada decisión sobre ayudas estatales que se toma en Hungría”, aseguró Boka en su comunicado.
La nueva fábrica de coches eléctricos de BYD en Hungría será un emplazamiento muy importante para la marca. La producción aquí le permitirá esquivar los aranceles europeos (por ser de fabricación dentro del territorio). En este lugar se producirán algunos de los modelos más buscados, como el Dolphin o el Atto 3, entre otros. La marca también tiene planeado la construcción de otras dos fábricas, una en Turquía y la otra todo apunta que se ubicará en Alemania, según los últimos informes.