Los coches de origen chino están suponiendo más de un dolor de cabeza para los fabricantes originalmente asentados en Europa. Estos tienen unos precios generalmente bajos en comparación con las marcas históricas, incluidas las de enfoque más popular. Por ello, las compañías asiáticas suponen una amenaza para las compañías europeas. Para contrarrestar este riesgo, Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha propuesto en una reciente intervención que la Unión Europea cobre aranceles de importación a los fabricantes chinos. Esta medida se presentaría como una forma de igualar las condiciones de ventas de vehículos eléctricos en cuanto a precios. De lo contrario, el directivo cree que muchos fabricantes europeos no sobrevivirán. Paralelamente, también ha propuesto que dichas marcas europeas se beneficien de subsidios extraordinarios.
En medio de la vorágine a causa de la nueva Ley de Reducción de la Inflación presentada por Estados Unidos, la cual favorece a los fabricantes que produzcan sus vehículos sobre el país norteamericano; esto ha dado ideas a algunos directivos para proponer a la Unión Europea que promulgue un mayor proteccionismo a las empresas históricamente asentadas en el Viejo Continente. Francia ya presentó una intervención similar hace unas semanas.
Carlos Tavares ha expresado que “los líderes europeos deberían dejar de ser ingenuos y dogmáticos y reconocer que, al legislar en favor de los coches eléctricos, están obligando a los fabricantes a virar en favor de las modas chinas que ponen en peligro el camino a seguir para la industria automotriz europea”. Ciertamente, el CEO de Stellantis suele tener un trato poco amable con la transformación del mercado de los vehículos hacia la electrificación, ya que afirma que no es el momento adecuado para tal movimiento.
“¿Desea poner su movilidad en manos del estado chino?” aseveró Tavares en un claro tono de reproche hacia muchos de los líderes europeos al favorecer la entrada de vehículos eléctricos baratos provenientes de China. Su tono crítico va encaminado en que "demasiado costoso resulta ya desarrollar y fabricar coches eléctricos como para que el país oriental venga a amenazar nuestros trabajos. La UE está abierta de par en par y eso no es aceptable. No se debería ayudar a las corporaciones de idioma chino en Europa, las cuales fabrican con pautas más simples que las que estamos aquí”.
Tavares, desde su posición de CEO de uno de los grupos automotrices más importantes a nivel mundial, propone que Europa cobre aranceles de importación a las marcas chinas, y dé ventajas a las marcas europeas o que, al menos, sean fabricantes dentro del territorio. Su intervención se ha completado asegurando que él mismo cree que los fabricantes chinos están 10 años por delante de sus homólogos europeos en la producción de vehículos eléctricos, fabricando con un mayor control de la cadena de suministro y, por ende, bajando el precio.
Los aranceles que propone Tavares para los coches eléctricos chinos se extenderían, como mínimo, hasta el año 2035. Con ello se permitiría que los fabricantes europeos se pongan al día y puedan competir “en términos honestos”. “En este período de transición, tenemos que defender nuestro negocio”, aseguró el CEO.
Aunque históricamente Carlos Tavares se haya posicionado dudoso ante la llegada del coche eléctrico, Stellantis posee uno de los catálogos más extensos de vehículos “cero emisiones” de la industria. No obstante, el CEO también ha pedido una suavización de las medidas para prohibir los combustibles en 2035, algo que opina que debería renegociarse.