Jean-Philippe Imparato, CEO de Peugeot, anunció hace unas semana que la marca del león continuará comercializando su modelo más pequeño, el 108. Este utilitario del segmento A, que actualmente cuenta con una opción de motor de gasolina de 71 CV podría contar en un futuro con una variante eléctrica que heredaría la tecnología del Fiat 500 eléctrico. Llegaría para disputarle el mercado al trío de eléctricos del Grupo Volkswagen Seat Mii, Skoda, Skoda Citigo iV y Volkswagen e-Up y al futuro Kia Picanto eléctrico.
Con la reciente fusión entre el Grupo PSA y FCA (Fiat-Chrysler Automobiles), Peugeot podría aprovechar la tecnología del Fiat 500 eléctrico. Sin embargo, con la operación todavía por cerrar, las negociaciones sobre el intercambio de tecnologías entre las diferentes marcas de los dos grupos aún no han arrancado.
El Peugeot 108 actual está construido sobre una plataforma diferente a la de su hermano mayor, el 208, que ya cuenta con una versión eléctrica. Por esta razón no es posible adaptar el sistema de tracción eléctrico de uno a otro y el plan de utilizar la tecnología del Fiat 500e toma cierta ventaja. En este caso se trata de un motor de 87 kW (117 CV) de potencia alimentado por una batería de 42 kWh de capacidad, capaz de ofrecer, en el caso del coche italiano, hasta 320 kilómetro de autonomía en el ciclo WLTP.
La tecnología eléctrica del Fiat 500e podría acabar bajo el capó del Peugeot 108 eléctrico.
El segmento A se tiene que electrificar, pero no es tan fácil
El segmento A de los coches eléctricos, con vehículos utilitarios, económicos y con autonomía suficiente para cualquier desplazamiento urbano se está convirtiendo en uno de los objetivos clave de los fabricantes. Sin embargo, es uno de los más complicados a la hora de planificar la producción y la estrategia de comercialización. Su rentabilidad depende de un volumen de ventas elevado, para que la inversión tecnológica se vea compensada por los pequeños beneficios que se obtienen en cada una de ellas. Con su electrificación, la inversión crece y las ventas se reducen, por lo que un coche eléctrico del segmento A no es precisamente rentable.
Las regulaciones de emisiones y los protocolos anticontaminación de las ciudades ponen en peligro la razón de ser de estos coches como vehículos de combustión, que podrían no poder acceder a las zonas de bajas emisiones. En algunos casos, la instalación de un costoso sistema de tratamiento de gases de escape no es posible compensarlo en un segmento tan sensible al precio, e incluso, si se instala, supondría elevar la tasa de emisiones de CO2 conjunta de toda la flota.
A pesar de este escenario, Peugeot ha decidido mantener la versión de gasolina que ofrece actualmente, según declaró Imparato a AutoExpress. "El éxito razonable y la importancia de mantiene un modelo en este mercado" son las razones esgrimidas por el directivo de Peugeot. "Si tuviera que ser reemplazado algún día, no veo otra solución que una versión eléctrica".
Gama eléctrificada de Peugeot.
El problema de las emisiones de la flota también fue ampliamente discutido en la Junta Ejecutiva de Peugeot. "En este momento estamos en un nivel de emisiones de CO2 que cumple las exigencias de la normativa", una razón más para mantener el 108 actual incluso aunque su filosofía no esté completamente alineada con el plan de electrificación para reducir las emisiones del Grupo.
Los rivales
El Grupo Volkswagen cuenta con tres modelos para reducir este efecto negativo: el Seat Mii eléctrico, el Skoda Citigo iV y el Volkswagen e-Up! Con el Ami, Citroën se desmarca de esta tipología de vehículo apostando por un cambio radical y por el carsharing y el alquiler, cambiando el modelo de propiedad del automóvil y el alquiler está llegando lenta y gradualmente a Europa. Kia, ya ha anunciado que lanzará el Picanto eléctrico, que no generará excesivas pérdidas mientras se mantengan las ayudas, pero puede dejar de ser sostenible cuando estas desaparezcan.
