Dentro del sector de los coches eléctricos, CATL -las siglas de Contemporary Amperex Technology Co. Limited- es un jugador estrella. No en vano, esta empresa china fundada en 2011 es actualmente el mayor fabricante mundial de baterías -el segundo es BYD- y cuenta con más del 36% de cuota en este mercado.
O, lo que es lo mismo, esta compañía fabrica las baterías de uno de cada tres coches eléctricos que se venden en todo el planeta.
Dos fábricas de baterías en Europa
Además de ser el líder mundial en cuanto a volumen de fabricación, CATL no deja de investigar y ampliar mercados para mantenerse en esa situación. Así, por ejemplo, está investigando el sodio como un elemento alternativo al litio en las baterías de los coches eléctricos, lo que mejoraría el funcionamiento de éstas con bajas temperaturas.
En cuanto a su presencia mundial, y junto a sus fábricas en China, CATL ya planea abrir una fábrica de baterías para coches eléctricos en Estados Unidos y, junto a la planta de producción que ya tiene en Alemania, está construyendo otra en Hungría donde, a partir del segundo semestre de 2025 está previsto que fabrique su nueva batería de tipo LFP que recargará el equivalente a 400 km de recorrido en apenas 10 minutos.
¿Y una nueva planta de reciclaje de baterías?
Pero mientras la tecnología de las baterías no para de evolucionar y Chery ya estaría fabricando en serie las nuevas baterías en estado sólido, CATL también se preocupa por el reciclaje de las mismas.
No en vano, es otro mercado más en el que puede competir y, además, lograr recuperar materiales a menor coste que el del mercado que puede reutilizar para fabricar nuevas baterías. Además, en este proceso cumplirá la nueva Ley sobre baterías que la UE aplicará a partir de 2025.
Y ojo, porque no es la única firma interesada: hace apenas unas semanas, Mercedes-Benz anunciaba la inauguración de una planta de reciclaje de baterías en Alemania que recupera hasta el 96% de los materiales útiles.
De esta forma, a principios de este 2024 CATL firmó un acuerdo con Volvo por el que ambas empresas pretenden recuperar más del 90% de elementos valiosos -niquel, cobalto, litio…- de cada batería reciclada.
Ahora, y para adentrarse aún más en el rentable mercado del reciclaje de baterías para vehículos eléctricos, CATL está llevando a cabo “conversaciones con distintos países europeos” -entre ellos, Hungría-, sobre posibles ubicaciones de esta nueva fábricas de fábricas, según indicó el jefe de operaciones en Europa de CATL, Jason Chen, a la agencia Bloomberg.
Además, el propio Chen señaló que, como han hecho con Volvo, no descartan trabajar con algún socio y que “las empresas europeas son socios potenciales en esta iniciativa”.