Actualmente, hay una fiera disputa entre los países más potentes del mundo por hacerse con la mayor cantidad de fábricas de coches eléctricos posible. Y es que, con un sector al alza como éste, asegurarse una de estas nuevas fábricas supone la posibilidad de controlar una gran parte de la industria del futuro.
Aun con esta tesitura, La India se ha permitido rechazar una propuesta de inversión de más de 1.000 millones de dólares para construir una fábrica de coches eléctricos, y no de cualquier fabricante, sino de BYD.
A pesar de ser todavía definido como un país emergente, La India tiene una de las industrias potencialmente más disruptivas para los próximos años. Su mano de obra cada vez está más cualificada a lo que se ha de sumar que los costes de fabricación en su suelo son mucho más reducidos que en otras regiones como Europa o Estados Unidos, rivalizando casi con China en este aspecto. Además, estratégicamente también disfruta de una mejor ubicación que la del gigante dormido.
Por esto mismo, BYD puso sus ojos en el que se postula como el país más propicio para levantar nuevas plantas para la producción de coches eléctricos, al igual que ha hecho Tesla para la fabricación en serie de su coche eléctrico más asequible. Pero en La India han preferido ser conservadores para no poner en peligro la seguridad del país.
La noticia de la negativa la ha dado el propio Gobierno indio. Inmediatamente se han hecho eco de ella múltiples medios, entre ellos The Economic Times. Desde el propio medio no dan crédito a tal maniobra por parte del DPIIT (Departamento de Comercio, Promoción de la Industria y Comercio Interior de La India), ya que en la propuesta de inversión figuraba incluso una asociación con una empresa tecnológica del país, Megha Engineering and Infrastructure Ltd..
Según cita Reuters, un alto cargo público ha señalado que el motivo de la decisión de la Administración se excusa en que durante las negociaciones no se solucionaron "preocupaciones" por parte del Gobierno con respecto a la seguridad del país. A sus ojos, quedaría más expuesto ante China, dada una mayor vulnerabilidad.
Swaminathan S Anklesaria Aiyar, columnista en The Economic Times, explica los orígenes del motivo, aunque también manifiesta su perplejidad: "Desde 2020, cuando se produjeron enfrentamientos fronterizos entre tropas indias y chinas en Ladakh, La India examina en detalle cada propuesta de inversión china antes de autorizarla por motivos de seguridad. Sin embargo, es difícil entender cómo una empresa de automóviles y baterías puede amenazar la seguridad".
Sea como fuere, lo cierto es que con esta noticia se abre la posibilidad de ver asentarse una fábrica más de coches eléctricos en Europa, por lo que no queda completamente descartado que se acabe emplazando en España.