El año 2030 promete ser todo un revulsivo para el sector automotriz, marcando así un antes y un después para una industria con un siglo y medio de recorrido histórico. Pero, ¿por qué el 2030? Ese año supondrá un punto de inflexión entre el ascenso de los coches eléctricos y el descenso de los térmicos ¿Cómo será el mercado de vehículos ese año? Una agencia acaba de editar un informe al respecto.
Rocky Mountain Institute (RMI) ha publicado su conclusión para el mercado de la automoción en el año 2030, cuando el vehículo eléctrico tendrá un protagonismo absoluto en la práctica totalidad de compañías. Explícitamente, se conoce que la mayoría (salvo BMW) ya han dado una fecha concreta para declararse compañía totalmente eléctrica, lo que derivará directamente en un mercado copado por este tipo de mecánicas.
Hace unos meses, la propia Agencia Internacional de Energía publicó que el 2030 marcará el punto álgido para las mecánicas térmicas, descendiendo notablemente su demanda y uso a partir de ese año. No obstante, hace escasos días lanzaron una rectificación para fijar ese momento algunos años antes.
El mercado avanza para esta consecución, ya que en 2020 los coches eléctricos tuvieron una cuota de venta del 5%, mientras que en 2021 creció hasta el 9% y en 2022 hasta el 14%. El incremento es paulatino pero constante y en 2030 el mencionado instituto apunta a que contará con el 86% del mercado automovilístico internacional.
Explícitamente, este auge estará dominado por algunos mercados concretos, como China donde, en 2022, se alcanzó una cuota del 27%. Otros países ya cuentan con un mercado principalmente eléctrico, como Noruega y su llamativo 71%. Europa, de media, cuenta con un 20,8%. Por otro lado, entre los mercados que más crecen en el coche eléctrico están Indonesia, La India y Nueva Zelanda.
Desde el informe publicado por el RMI se apunta a la cada vez más cercana paridad de precios entre un coche de gasolina y uno eléctrico del mismo segmento como principal punto de auge para los cero emisiones. A esto se añaden las diferentes ayudas estatales para su compra, como el conocido Plan Moves III en España, lo cual es un incentivo de lo más interesante. También se suma el propio precio de las baterías en la última década, pues desde el año 2010 su descenso ha sido del 88%, mientras que la densidad energética media es notablemente mayor.
No obstante, en el informe de RMI se señalan otros muchos desafíos por delante para poder establecer un mercado plenamente eléctrico. Concretamente, se apunta hacia la necesaria mejora en el número de puntos de carga pública. A esto se suma la necesidad de seguir innovando en el sector del reciclaje de materiales para que la búsqueda de la máxima eficiencia tenga sentido.
Finalmente, el RMI anticipa que "la era" de los coches térmicos está llegando a su fin, ya que desde 2017 (su punto álgido) están disminuyendo a un ritmo de un 5% al año. Desde el Instituto pronostican que la demanda de petróleo para vehículos caerá en un millón de barriles al día para el 2030, lo que supondrá un desplome de una cuarta parte de lo necesario a día de hoy.