Integrar todos los componentes de un coche eléctrico de manera efectiva y segura en la estructura del mismo lleva muchas veces a complicar los más simples procesos de desmontaje y reparación. Sin embargo, no parece ser esta la causa de uno de los últimos sucesos que ha salido a la luz con una Rivian R1T como protagonista y una factura de reparación por valor de casi 40.000 euros como resultado final.
Los hechos los ha dado a conocer el propio dueño de la R1T en su perfil de Facebook, Chris Apfelstadt, donde relata lo sucedido en un post ilustrado, además, por las fotografías que acompañan estas líneas.
Fue, más concretamente, el pasado mes de febrero en el estado americano de Ohio donde tuvo lugar el indicente. Fue a baja velocidad e incluso ambos conductores se atrevieron a hacer bromas acerca de una hipotética desmesurada factura de reparación sin imaginar que, efectivamente, iba a ser así. “Me imaginaba que la reparación sería cara, ¡pero no tenía ni idea!”, declaró el conductor de la Rivian.
Dado que no hubo daños estructurales en el vehículo y que tampoco la batería se vió afectada, en un principio la aseguradora del otro coche implicado en el accidente, que fue el causante del mismo al embestir por la parte trasera al eléctrico, se hizo cargo de la reparación y estimó que costaría un total de 1.600 dólares.
Para asegurarse de que la reparación se llevara a cabo de manera correcta y segura, Apfelstadt llevó su R1T a uno de los tres centros de reparación certificados por el propio fabricante en todo el país. La empresa documentó todo el proceso de reparación, que se alargó durante casi dos meses, teniendo que llegar a desmontar incluso la ventanilla trasera del habitáculo y el cajón de carga entero para poder dejar la R1T en un estado óptimo, según el taller. Algo a todas luces desmesurado para un simple paragolpes trasero dañado.
La factura final se cifró en 42.000 dólares (unos 38.000 euros en base al cambio actual) y ahora el dueño de la R1T tiene que lidiar con su compañía aseguradora para que corra con todos los costes de reparación.
“Esto es 100% fraude al seguro por parte de este taller de reparación autorizado. Está claro que se aprovechan del hecho de que se trata de una base de trabajo extremadamente nueva para justificar unos costes atroces”, opina uno de los comentaristas en la publicación donde se dieron a conocer los hechos.
No es el primer caso de una desmesurada factura que tiene como protagonista a un coche eléctrico tras un accidente relativamente leve. Este Tesla Model 3 sufrió un golpe similar y la propia Tesla cobró 25.000 dólares por la reparación del mismo, mientras que otro pequeño altercado con un Audi e-tron como afectado se saldó con una cuenta final de más de 30.000 dólares.