Fisker comercializa actualmente un solo vehículo: el Ocean. Este SUV eléctrico llegó al mercado hace unos meses bajo la promesa de convertirse en uno de los más vendidos del sector. Sin embargo, las cifras de entregas no dicen eso, pues sus matriculaciones actualmente están por debajo de lo esperado, pese a que la compañía ha incrementado significativamente su producción durante el pasado tercer trimestre.
En las sesiones de esta semana, Fisker ha visto como sus acciones se desplomaban más de un 21%, lo que supone una pérdida de cerca de 100 millones de dólares en su cotización. Según apuntan desde MarketWatch, esta bajada se ha producido después de que la compañía publicara un nuevo recorte en su previsión de producción para lo que queda del presente año 2023 y el próximo 2024.
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Según apuntan desde Reuters, la compañía ha registrado un incremento sustancial en la producción del Fisker Ocean durante el tercer trimestre, alcanzando las 4.725 unidades, un aumento significativo respecto a las 55 unidades del primer trimestre y las 1.022 del segundo. Pese a este dato positivo, la firma tiene otros muchos de calado negativo.
Concretamente, sus entregas no terminan de remontar. Y es que, pese al aumento de producción, durante el pasado trimestre Fisker apenas matriculó 1.097 coches. Pero, ¿a qué se debe esta baja cifra de entregas?
El propio Henrik Fisker, CEO de la marca, apunta a que esta falta de entregas no se debe al número de coches vendidos, sino a “debilidades en los controles internos sobre los informes financieros y a diferentes problemas en la cadena de suministro”. Por ello, ha apuntado que la marca no ha podido realizar las entregas con suficiente rapidez. “La gente ha pagado y están esperando sus coches, y algunos de ellos están realmente molestos”, afirmó el directivo.
Una vez los problemas expuestos por el CEO de la marca hayan quedado solventados, desde Fisker esperan que la producción de sus Ocean para el próximo año se sitúe entre las 13.000 y las 17.000 unidades. Una cifra que, aunque parezca elevada, es una significativa bajada con respecto a las estimaciones iniciales que apuntaban hasta las 42.200 unidades. Esto supone que si la marca fabrica 13.000 vehículos en 2024, apenas habrá alcanzado el 30% de las estimaciones iniciales; un importante varapalo para una marca que es prácticamente una recién llegada.
“Esto puede ser un problema a corto plazo y puede que no sea algo que Wall Street quiera escuchar, pero es extremadamente responsable para nosotros, y es esencial para nosotros que hagamos esto a largo plazo”, afirmó la directora financiera de Fisker en una conferencia durante la exposición de resultados.
Pese a todo, Fisker continúa con sus trabajos de expansión. A su primer local de información y venta de producto ubicado en Los Ángeles, se ha unido en las últimas semanas otro en la ciudad de Nueva York. Por otro lado, la compañía cuenta con salas en Londres y Múnich, mientras que en el mes de enero espera inaugurar otra en Shanghái. Además, también continúa presentando nuevos modelos para su gama de cara al futuro, como el PEAR o el Ronin, entre otros.