Stella Li se ha convertido en uno de los rostros más conocidos de la industria y en una de las voces más autorizadas dentro del sector. La vicepresidenta de BYD tiene a su cargo más de 900.000 empleados que siguen sus pasos en esta nueva era para el mundo del automovilismo. China se ha transformado en el gigante que siempre ha sido, pero que hasta ahora no había despertado. El gran objetivo de conquista es Europa, considerado por todo el mundo como el mercado más exigente del mundo. A pesar de los numerosos retos a los que se enfrenta, Stella Li ha reconocido cuáles son las cifras que maneja la compañía y el plazo en el que esperan conseguirlas.
Digamos que la paciencia no es la mejor cualidad de los chinos. Saben que llevan años de desventaja y que el tiempo es un factor fundamental en esta nueva era de electrificación. Tienen la tecnología, la mano de obra y la infraestructura necesaria para arrollar al resto del mundo, pero primero tienen que darse a conocer. Hace unos años, BYD fabricaba, principalmente, dos componentes: baterías para teléfonos móviles y berlinas europeas falsificadas con motores de combustión. En apenas una década la empresa se ha transformado por completo y hoy domina el mercado de los coches de nueva energía (PHEV y EV) con un 23% de cuota de mercado. El doble que su más inmediato perseguidor.
BYD quiere tener una mayor presencia en Europa: la red crecerá rápidamente
China, no cabe duda, es su mayor mercado, pero desde hace casi tres años los esfuerzos para Europa se han intensificado. Tras la pandemia mundial de la COVID-19 en 2020, BYD vio la oportunidad de colarse en el Viejo Continente. Sus objetivos eran tan claros como ambiciosos. Si bien las perspectivas no se están cumpliendo, tienen muy claro que ahora no es el momento de levantar el pie del acelerador. Ni siquiera cuando Europa complica el panorama. Los nuevos aranceles y las complejidades del mercado lastran la expansión europea, tal y como reconoce la propia vicepresidenta de BYD en una entrevista a un conocido medio italiano.
El parón eléctrico que vive Europa es, a ojos de la propia Stella, algo natural y temporal: “cuando se está impulsando una nueva tecnología, el crecimiento es rápido, pero luego se detiene y la demanda se recupera”. La máxima responsable para la región también reconoce que los mensajes confusos de las marcas y las políticas de los gobiernos, muchos de los cuales han incumplido sus propias promesas, han afectado a las ventas. Si a esto le sumamos los altos costes de la energía, la inflación y el precio de los vehículos, tenemos la tormenta perfecta para un estancamiento de las ventas. A pesar de ello, BYD está comprometida con su apuesta: 300.000 coches a finales de 2026.
Según Li, BYD necesita ampliar su presencia en el continente. Quiere crecer rápidamente en puntos de venta. En Alemania, el mayor mercado europeo, esperan disponer de más de 120 tiendas a finales del próximo año. En España quieren alcanzar los 40 puntos de venta al cierre de 2025 y 105 para Italia. Mayor presencia supone mayor alcance y mayor visibilidad. Mientras tanto, siguen las obras de construcción de su primera fábrica en Europa, localizada en Hungría. La segunda también está en marcha, en Turquía. Tras las experiencias vividas, Stella Li lanza una advertencia a las compañías chinas que quieran llegar a Europa: “Si no estás preparado para una inversión a largo plazo en Europa, nunca deberías venir a Europa. No es sencillo. Es un gran desafío. Es muy competitivo”.